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Los científicos han solicitado que se incluya el estrés térmico en los avisos de ola de calor, no solo la temperatura

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MADRID, 27 (SERVIMEDIA)

Los avisos de los servicios meteorológicos sobre olas de calor deberían basarse no solo en las temperaturas, sino incluir índices de estrés térmico que tienen en cuenta factores como la humedad, el viento y la exposición al sol.

Alemania, España, Francia y Reino Unido registraron durante el verano de 2022 más de 20.000 muertes de las esperables. En un contexto de calentamiento global en que los modelos climáticos apuntan a que es probable que las olas de calor extremo aumenten tanto en frecuencia como en magnitud, las medidas preventivas y la comunicación adecuada de las condiciones peligrosas adquieren una especial relevancia.

Un equipo científico del Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal) -centro impulsado por la Fundación “la Caixa”- y de la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres (LSHTM, por sus siglas en inglés) publicó este jueves un estudio en la revista ‘Npj Climate and Atmospheric Science’ que advierte de que basarse únicamente en las temperaturas previstas para comunicar condiciones peligrosas en olas de calor puede ser insuficiente para informar a la población sobre los verdaderos riesgos para la salud.

‘OLAS DE CALOR HÚMEDO’

Los investigadores piden un mayor uso de los llamados índices de estrés térmico, que, además de la temperatura, tienen en cuenta otros factores meteorológicos, como la humedad, para comunicar mejor los efectos del calor extremo.

“Lo que puede afectar a la respuesta de una persona al calor exterior es el conjunto más amplio de condiciones meteorológicas, empezando por la temperatura ambiente, así como la humedad del aire circundante, las condiciones de viento reinantes, la exposición al sol directo en lugar de estar a la sombra y, por último, la duración total de la exposición a tales condiciones”, afirma Malcolm Mistry, investigador de la LSHTM y la Universidad Ca’ Foscari de Venecia (Italia), y coautor del estudio.

Mistry continúa: “Comunicar únicamente las temperaturas máximas previstas puede no reflejar siempre el verdadero peligro de las olas de calor. Por ejemplo, una misma temperatura ambiente de 35 °C puede ser incómoda con una humedad baja, pero peligrosa para la salud humana con una humedad alta, incluso durante un breve periodo de tiempo”.

Aunque el umbral de resistencia al calor de cada persona varía en función de factores individuales, se han diseñado distintos índices de estrés térmico para describir el impacto de las condiciones meteorológicas en el cuerpo, incluido el punto en el que las condiciones experimentadas pueden convertirse en una amenaza para la salud humana.

Algunos de los ejemplos más conocidos son humidex (Hu), la temperatura aparente (AT), la temperatura de bulbo húmedo (WBGT), el índice de calor (HI) y el índice universal de clima térmico (UTCI). Esto es especialmente relevante a la vista de las llamadas ‘olas de calor húmedo’, que se espera que sean cada vez más frecuentes como consecuencia del cambio climático.

‘ZONAS DE PELIGRO’

El equipo científico estudió olas de calor recientes que batieron récords en Europa, Norteamérica y Asia, y comparó los mapas de temperaturas máximas diarias con los de los índices de estrés térmico máximos de cada día (humidex y temperatura interior del globo húmedo). Las zonas geográficas donde los índices de estrés térmico revelaban el mayor riesgo no coincidían necesariamente con las regiones donde se registraron las temperaturas más altas.

Por ejemplo, durante las olas de calor en Europa en junio y julio de 2019, los registros muestran que el centro y el noreste de España experimentaron las temperaturas más altas. Sin embargo, al calcular los índices de estrés térmico, el equipo investigador comprobó que las zonas con condiciones más críticas se encontraban en Francia, Bélgica y Países Bajos, que registraron un exceso de mortalidad de 2.500 fallecidos.

Otro de los casos mencionados fue el episodio de calor extremo que se produjo en zonas del oeste de Canadá y el noroeste de Estados Unidos en junio de 2021. Aunque las temperaturas máximas se registraron en los estados de Washington y Oregón, los índices de estrés térmico revelaron que provincias canadienses como Alberta, los Territorios del Noroeste y la Columbia Británica también experimentaron condiciones peligrosas, con 600 muertes relacionadas con el calor en esa última región.

Para los investigadores, resulta alentador que los servicios meteorológicos utilicen cada vez más los índices de calor en sus previsiones meteorológicas. Algunos ejemplos son el humidex en Canadá, el UTCI en Alemania y el índice de calor en Estados Unidos. “Lo que aún falta es que los índices de calor se comuniquen a la población de forma regular, como se hace tradicionalmente con las temperaturas”, apunta Ivana Cvijanovic, autora principal del estudio, quien añade: “A ello podría contribuir que la comunidad científica llegara a un consenso sobre qué índice de calor es mejor comunicar y qué niveles de peligro utilizar”.

Otro episodio de calor analizado fue la gran ola de calor que azotó India y Pakistán en mayo de 2022, cuando se registraron temperaturas superiores a los 50 grados. Una vez más, los índices de calor revelaron zonas de peligro que no se limitaban a las de temperaturas más altas.

“Es probable que los episodios de calor extremo que llevan a los seres humanos al borde de la supervivencia, como el registrado en India y Pakistán en mayo de 2022, sean cada vez más frecuentes, como ponen de relieve los modelos climáticos, y tenemos que hacer todo lo posible para estar lo mejor preparados para hacerles frente”, subraya Xavier Rodó, responsable del programa Clima y Salud de ISGlobal y uno de los autores del estudio.

“Las lecciones aprendidas de las grandes olas de calor recientes sugieren que es necesario mejorar los protocolos de actuación. Una vez que se ha emitido la alerta meteorológica, es necesaria una cadena clara de responsabilidades. Las autoridades deben actuar con prontitud y saber cuándo cerrar las escuelas o interrumpir las actividades deportivas al aire libre, abrir centros de refrigeración para las poblaciones socialmente vulnerables y garantizar una respuesta de emergencia suficiente”, apostillqa Cvijanovic.

En paralelo al artículo publicado en ‘Npj Climate and Atmospheric Science’, un equipo de ISGlobal ha creado una Calculadora del Índice de Calor, que mide el índice de calor y proporciona una orientación sobre el nivel de riesgo, junto con las recomendaciones sobre cómo mantenerse a salvo cuando las condiciones son peligrosas.

Para utilizar la calculadora, los usuarios sólo tienen que introducir los valores de temperatura y humedad relativa, ambos proporcionados por muchos de los modelos de termómetros domésticos que hay en el mercado, y así podrán obtener una estimación de las condiciones en cualquiera de las habitaciones de sus hogares.


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