MADRID, 10 (EUROPA PRESS)
Los niños alimentados exclusivamente con leche materna o con una mezcla de leche de fórmula y leche materna durante las primeras seis u ocho semanas de vida tienen menos riesgo de padecer necesidades educativas especiales y dificultades de aprendizaje, según un estudio dirigido por la Universidad de Glasgow (Reino Unido) y publicada en la revista científica ‘PLOS Medicine’.
Los investigadores analizaron los datos de más de 190.000 niños para comprender el impacto de la alimentación en los primeros años de vida en el desarrollo posterior. Los resultados sugieren que tomar leche materna en las primeras semanas de vida puede ayudar a reducir el riesgo de tener necesidades educativas especiales, o las dificultades y problemas de aprendizaje que a menudo las provocan.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda que los bebés sean amamantados durante los seis primeros meses, pero muchas mujeres tienen dificultades para dar el pecho de forma exclusiva durante tanto tiempo. Este estudio demuestra que una lactancia materna no exclusiva de menor duración puede seguir siendo beneficiosa para el posterior desarrollo del aprendizaje del niño.
Los investigadores analizaron los datos sanitarios y educativos de 191.745 niños nacidos en Escocia a partir de 2004, y que también asistieron a una escuela pública o con necesidades especiales entre 2009 y 2013. De los incluidos en el estudio, el 66,2 por ciento de los niños fueron alimentados con fórmula, el 25,3 por ciento con leche materna y sólo el 8,5 por ciento con alimentación mixta durante las primeras seis a ocho semanas.
En conjunto, el 12,1 por ciento de los niños de este estudio tenían necesidades educativas especiales. Sin embargo, en comparación con la alimentación con leche artificial, los antecedentes de alimentación mixta en los primeros años de vida y la lactancia materna exclusiva se asociaron a una disminución del riesgo de presentar necesidades educativas especiales: alrededor de un 10 y un 20 por ciento menos de probabilidades, respectivamente.
Además, los niños alimentados exclusivamente con leche materna tenían menos probabilidades de padecer dificultades emocionales o de comportamiento (alrededor de un 20% menos) y problemas de salud física (alrededor de un 25% menos).
El número de niños en Escocia con un registro de necesidad educativa especial aumentó casi cuatro veces entre 2010 y 2018, y para 2020 casi un tercio de los alumnos en Escocia tenían un registro de necesidad educativa especial. Esto representa una carga significativa para los sectores educativo, sanitario y social, además de tener un impacto sustancial en los niños, sus familias y la sociedad en general.
Los niños con necesidades educativas especiales obtienen peores resultados escolares, presentan tasas más elevadas de absentismo y exclusión escolar y sufren más acoso y malos tratos, lo que puede repercutir en su salud física y mental y en su bienestar.
“Sabemos que muchas mujeres tienen dificultades para dar el pecho de forma exclusiva durante los seis meses recomendados por la OMS, pero nuestro estudio demuestra que una lactancia materna no exclusiva de menor duración podría ser beneficiosa para el desarrollo del aprendizaje del niño. Los resultados de este estudio sugieren que el método de alimentación en la infancia podría ser un factor de riesgo modificable para las causas de las necesidades educativas especiales, lo que a su vez tiene el potencial de ayudar a reducir la carga para los niños afectados, sus familias y la sociedad en general”, ha comentado Michael Fleming, líder de la investigación.
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