MADRID, 27 (SERVIMEDIA)
Los astronautas de la Agencia Espacial Europea (ESA) han cartografiado el primer mapa en color de la contaminación lumínica de Europa desde la Estación Espacial Internacional y han comprobado un acusado aumento de la luz nocturna en las ciudades.
Según informó este jueves la Agencia Espacial Europea, cuando la astronauta de la ESA, Samantha Cristoforetti, contempló la Tierra desde el espacio durante su reciente misión ‘Minerva’, las ciudades brillaban más que las estrellas. Desde 2003, Cristoforetti y otros astronautas europeos han tomado más de un millón de fotos de la Tierra de noche con cámaras digitales para demostrar el verdadero alcance de la contaminación lumínica.
Un equipo de investigadores europeos procesó las imágenes y las comparó a lo largo del tiempo, lo que les permitió observar un claro aumento de la contaminación lumínica en las zonas urbanas y un cambio hacia emisiones más blancas y azules. Esto se debe a la introducción de las lámparas con diodos emisores de luz, o de tecnología LED.
En este sentido, el investigador de la Universidad Complutense de Madrid, Alejandro Sánchez de Miguel, destacó que “vista desde el espacio, la imagen parece el resultado de un TAC para un cáncer, o una tela de araña fluorescente que no para de crecer”. Este trabajo puso de manifiesto lo invasivas que resultan las luces nocturnas y sus nocivos efectos para el medio ambiente.
CAMBIO DE CICLOS
Mientras Europa apaga las luces en su afán por ahorrar energía, los científicos advirtieron que no solo es importante reducir costes, dado que la mayor presencia lumínica que se da por las noches está alterando el ciclo nocturno de los seres humanos, los animales y las plantas.
Las imágenes en color tomadas desde la Estación Espacial Internacional constituyen el mejor recurso para que los científicos puedan cartografiar la luz artificial durante la noche. Las imágenes captadas desde los satélites no son aptas para este cometido, ya que su sensibilidad cromática no muestra las emisiones de baja longitud de onda con suficiente calidad.
Por ello, Sánchez de Miguel aseguró que “sin las imágenes tomadas por los astronautas, estaríamos actuando a ciegas en lo referente al impacto ambiental de la transición a los LED. Las fotos de los astronautas siempre han sido y serán la referencia para las observaciones nocturnas de la Tierra”.
Además, los mapas de color nocturnos creados antes y después de la propagación de la tecnología de farolas LED muestran un acentuado blanqueamiento de la luz artificial.
COLOR DE LAS CIUDADES
Los cambios varían según el país y reflejan la existencia de diferentes sistemas y políticas a la hora de iluminar las calles. Mientras que en Italia y el Reino Unido se ha producido un notable aumento de la contaminación lumínica, países como Alemania y Austria muestran un cambio menos drástico en sus emisiones espectrales.
Milán fue la primera ciudad de Europa en llevar a cabo una conversión total a LED blancos en su alumbrado público, mientras que más de la mitad de todas las farolas públicas del Reino Unido adoptó esta tecnología a principios de 2019.
Alemania, cuya iluminación nocturna se está blanqueando, aún mantiene en uso muchas farolas fluorescentes y de vapor de mercurio.
Por lo tanto, “a finales de esta década, toda Europa podría emitir un tono blanco desde el espacio”, subrayó el científico de la Universidad Complutense.
En el lado más cálido del espectro, Bélgica brilla con un naranja intenso gracias al uso generalizado de farolas de sodio de baja presión. Estas luces provocan que los Países Bajos emitan un brillo dorado.
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