El riesgos para los prestamistas está en perder miles de millones de euros inyectados hasta el momento
MADRID, 27 (EUROPA PRESS)
Los acreedores del fabricante de baterías para vehículos sueco Northvolt mantienen este viernes una reunión de emergencia para discutir si extender o no el colchón de liquidez a la compañía, que anunciaba el pasado miércoles el despido de 1.600 trabajadores.
La decisión que tomen los prestamistas es clave, ya que la compañía escandinava ha disparado la deuda por encima de los 13.400 millones de euros en su intento por crear una cadena de suministro independiente de vehículos eléctricos para Europa. De cancelar esta vía de liquidez, los bancos se arriesgan a perder la inyección realizada hasta el momento.
El objetivo de Northvolt en estos momentos es ser capaz de acceder a un préstamo verde –concedida únicamente para desarrollo de proyectos sostenibles– de cerca de 4.500 millones de euros con el objetivo de emplearlos en la reducción de pasivo y en fortalecer las posibilidades de supervivencia de la compañía.
De momento, la sueca ha tomado decisiones en los últimos días y anunciado que recortará en una quinta parte su plantilla tras anunciar la suspensión de varios planes de expansión. Entre ellos, el de la fábrica de Ett en Skelleftea (al norte de Suecia) y donde centrará sus recursos en acelerar la producción de celdas de batería en la planta.
Asimismo, a pesar de que en Skelleftea será la localidad que más sufra los recortes de plantilla –un millar de empleos–, el grupo informó a principios de semana de que recortará otros 400 puestos de trabajo en Västeras, donde los programas y la expansión se ralentizarán en Northvolt Labs.
A medida que reduce el alcance de sus operaciones y programas en Suecia, Northvolt también mermará el tamaño de sus funciones de soporte corporativo, que hoy en día se encuentran en gran parte ubicadas en Estocolmo.
La financiación de Northvolt, hasta ahora, estaba respaldada por un volumen de pedidos por valorados en más de 49.300 millones de euros procedentes de fabricantes como Volkswagen o BMW, pero los problemas de producción y la escasa demanda de vehículos eléctricos han privado a la empresa de esos ingresos tras la cancelación de varios pedidos por parte de las automovilísticas.
Por el momento, la compañía se encuentra a la espera de que otros accionistas de referencia como Volkswagen, Goldman Sachs AM y BMW, estén dispuestos a inyectar capital en sus operaciones.
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