MADRID, 27 (SERVIMEDIA)
El riesgo de morir o de tener lesiones graves por un siniestro de tráfico es un 28% menor si al volante del vehículo implicado está una mujer, lo que podría deberse a una conducción más segura y a la preferencia por hacerlo en entornos con menor probabilidad de que consecuencias importantes de un accidente.
Esa es la principal conclusión de un estudio liderado por investigadores del Departamento de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universidad de Granada, y publicado en la revista ‘Heliyon’.
El trabajo se basa en las características de los ocupantes (persona conductora y pasajeros) de 171.230 coches implicados en siniestros viales entre 2014 y 2020 en España, e incluidos en el Registro Nacional de Víctimas de Accidentes de Tráfico, gestionado por la Dirección General de Tráfico (DGT).
A partir de estos datos, los investigadores diseñaron dos estudios diferentes. En uno evaluaron la influencia del sexo del conductor sobre la muerte o las lesiones graves de sus pasajeros. En otro estudiaron la asociación entre el sexo de los ocupantes del mismo vehículo y su riesgo de morir o de sufrir lesiones graves tras el siniestro.
“FEMINIZAR” LA CONDUCCIÓN
El primer estudio concluye que, cuando conduce una mujer, el riesgo de muerte o de tener lesiones graves entre los pasajeros se reduce un 28% respecto de si el conductor es un hombre.
Los autores achacan ese resultado a una conducción más segura por parte de las mujeres y a que estas conducen preferentemente en lugares con menor riesgo de siniestro grave, como las zonas urbanas frente a las carreteras. Por ello, los investigadores apuestan por “feminizar” la conducción, es decir, que los hombres adquirieran estilos de conducción hasta ahora más propios de las mujeres.
El segundo estudio compara personas que ocupan el mismo vehículo accidentado. Revela que el riesgo de muerte o de sufrir lesiones importantes es un 20% mayor en los ocupantes de sexo femenino.
En el análisis se tuvo en cuenta la posición de los pasajeros y si estos llevaban puesto o no el cinturón de seguridad en el momento del siniestro. El resultado podría atribuirse a diferencias biológicas y de tamaño corporal, que harían que las mujeres sean más vulnerables al efecto de la energía liberada en el accidente.
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