Tratarán la renovación de las sanciones europeas a Rusia, a expensas de Hungría que “juega con fuego” cuando las medidas expiran el 31 de enero
BRUSELAS, 24 (EUROPA PRESS)
Los ministros de Exteriores de la Unión Europea ultimarán el lunes la posible suspensión de las sanciones económicas, financieras y energéticas que pesan contra Siria, con la vista puesta en retomar las relaciones con Damasco y mejorar la situación de la población civil, aunque condicionan cualquier decisión a que las nuevas autoridades lideren una transición pacífica e inclusiva.
La cita de este lunes abordará la demanda liderada por Alemania para levantar temporalmente algunas sanciones impuestas en su día al régimen de Bashar al Assad. La iniciativa cosecha “amplio apoyo”, incluyendo a España, Francia e Italia pero fuentes diplomáticas apuntan que ahora los 27 tienen qué definir qué medidas se levantan y qué procedimiento se sigue.
“Hablamos de una suspensión porque eso te da una fecha en la que la suspensión termina, y ese es un buen momento para reevaluar dónde estamos”, han explicado fuentes europeas, que apuntan a la suspensión por el plazo de un año y recalcan que las sanciones se volverían a aplicar automáticamente en caso de que se produzcan retrocesos. “Tenemos grandes esperanzas, pero también debemos ser realistas”, han añadido.
Este paso respondería a la intención de la UE de jugar un mayor papel en Siria, en un momento en el que las nuevas autoridades quieren abrir una nueva etapa y Rusia ha perdido influencia con la caída de Al Assad. En el seno de la UE hay diferencias sobre el peso que debe tener la salida de las tropas rusas del país para levantar más restricciones.
Un grupo de países formado por Alemania, España, Francia, Países Bajos, Finlandia y Dinamarca, a iniciativa alemana, abogan desde hace semanas por que las sanciones europeas sean una herramienta para promover una transición política pacífica e inclusiva en Siria, esto es que proteja a las minorías en el país y que haya diálogo con todos los grupos sociales y étnicos, que deberían tener también participación en el gobierno central, señala un alto cargo de la UE.
Esta posición la reafirmó el ministro de Exteriores, José Manuel Albares, en su viaje a Damasco para reunirse con el ‘líder de facto’ en Siria, Ahmed al Shara. Si bien la UE empezará a concretar más el tipo de condiciones para seguir como el plazo para celebrar elecciones, un debate constitucional o el diálogo con todos los grupos sociales y étnicos en Siria.
La idea es empezar con las sanciones contra el sector energético y de transporte, al entender que estas restricciones tienen un impacto grande en la población civil de Siria, aunque el paso se condiciona a los avances en la transición política en el país que encabeza el grupo yihadista Hayat Tahrir al Sham (HTS) y que pide pasos también en sanciones bancarias y económicas.
La UE se reservará por el momento la retirada de sanciones individuales contra personas relacionadas con el régimen de Al Assad. Más de 300 personas y 80 entidades siguen en la ‘lista negra’ europea por la represión lanzada por Damasco contra su propia población tras la guerra civil desatada en el país en 2011.
BLOQUEO DE LA RENOVACIÓN DE SANCIONES A RUSIA: “HUNGRÍA JUEGA CON FUEGO”
El encuentro del lunes será también la ocasión para tratar la renovación de las sanciones económicas a Rusia, pendientes del visto bueno de Hungría que alega el perjuicio de las medidas a la seguridad energética del país, cuando la UE entra en la cuenta atrás antes de que las medidas expiren el 31 de enero.
“No contemplamos nada que no sea renovar las sanciones”, ha señalado un alto cargo de la UE que confía en un resultado positivo de este debate y recalca que las sanciones son parte “clave” de la estrategia europea frente al Kremlin. Otras fuentes consultadas señalan que antes de final de mes habrá las reuniones extraordinarias para sacar la prórroga adelante, aunque sugieren que hay alternativas ante el escenario de que Hungría frustre la renovación de las medidas.
En contra, el primer ministro húngaro, Viktor Orban, ha instado a la UE a replantearse la estrategia de sanciones, al reprochar que las medidas le cuestan 19.000 millones de euros en pérdidas a Budapest, aunque desde la Comisión Europea insisten en que no existe un problema de suministro energético para Hungría y Eslovaquia, como sostienen Orban y su homólogo eslovaco Robert Fico, que reclaman a Ucrania que permita el flujo de gas ruso.
Ante este nuevo pulso que plantea Budapest, hay distintas voces en la UE que advierten que Hungría “juega con fuego” y que el bloque “entraría en terreno desconocido” si decaen las sanciones. La UE se vería en grandes problemas tanto internos, para continuar la ayuda europea a Ucrania, como externos, en sus relaciones internacionales, ya que, como señalan algunas fuentes, la disolución de las sanciones sería una “bomba” en las relaciones con Estados Unidos.
De hecho en la capital comunitaria apelan al mensaje del presidente estadounidense, Donald Trump, de que no es hora de relajar sanciones sino de elevar la presión sobre el Kremlin para que Rusia se siente a negociar un alto el fuego en Ucrania. “Lo bonito de Trump es que tiene un gran megáfono y lo que se escucha en Bruselas también llega a Budapest. El mensaje se escucha alto y claro”, ha resumido una fuente, confiando en la influencia que pueda ejercer el presidente norteamericano ante el líder magiar.
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