MADRID, 6 (EUROPA PRESS)
El Gobierno de Lituania está estudiando la posibilidad de tomar medidas legales contra Bielorrusia ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ) con motivo de la crisis migratoria de 2021, en la que, según el país báltico, su vecino empujó a miles de migrantes hacia la frontera común en respuesta a las sanciones de la UE.
“Tenemos pruebas suficientes de que durante dos años el régimen bielorruso no sólo ha estado empujando deliberadamente a personas al territorio de Lituania, sino que también ha tomado medidas para garantizar que los migrantes puedan entrar en nuestro territorio”, ha asegurado la ministra de Justicia, Ewelina Dobrowolska.
La titular de Justicia ha explicado que antes de presentar una demanda ante la CIJ, el Ministerio de Asuntos Exteriores de Lituania se pondrá en contacto con Bielorrusia con una propuesta para resolver el conflicto mediante arbitraje.
En caso de se rechazada, se exigirá una demanda de 120 millones de euros por el incumplimiento de la legislación internacional en materia migratoria y tráfico de seres humanos, en sintonía con la Convención de Naciones Unidas contra la delincuencia organizada transnacional, señala el Gobierno lituano en un comunicado.
“Los dictadores no tienen inmunidad frente al derecho internacional”, ha dicho Dobrowolska, quien ha advertido de que después del presidente ruso, Vladimir Putin, “le toca” a su homólogo bielorruso, Alexander Lukashenko, asumir responsabilidades.
“Todos los instrumentos y mecanismos legales internacionales serán agotados, y los regímenes responsables de las violaciones al derecho internacional, en este caso por la ola de migración ilegal, tendrán que indemnizar por los daños causados por sus acciones”, ha insistido Dobrowolska.
“Lituania reclamará daños y perjuicios. Para cubrir los costes que hemos soportado no sólo para atender a los migrantes, sino también para reforzar nuestros controles e infraestructuras, de los que el país no disponía en aquel momento”, ha explicado la ministra de Jsuticia.
La frontera que comparten Lituania y Bielorrusia se extiende a lo largo de casi 680 kilómetros. Con motivo de aquella crisis migratoria, el país báltico respondió reforzando la protección y construyendo una valla.
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