MADRID, 26 (EUROPA PRESS)
El episodio de tormentas entre el 14 y el 15 de abril de 2024 que dejó al menos 20 muertos en Omán y cuatro en Emiratos Árabes Unidos (EAU) y batió todos los récords de precipitaciones diarias en Dubái desde que comenzaron los registros fue entre un 10% y un 40% de lo que habría sido en un clima 1,2ºC más frío, según World Weather Attribution.
A esta conclusión han llegado investigadores de Arabia Saudí, Pakistán, Suiza, Países Bajos, Suecia, Estados Unidos (EEUU), Canadá, Francia y el Reino Unido, según un estudio de World Weather Attribution publicado este jueves 25 de abril de 2024.
La región analizada en el estudio incluye Emiratos Árabes Unidos, la parte norte de Omán, Bahrein y una pequeña parte de Arabia Saudí. En este sentido, los investigadores puntualizan que se trata de una zona “hiperárida” y que los eventos de lluvias intensas ocurren muy raramente, centrados en los años en los que tiene lugar el patrón climático El Niño-Oscilación del Sur. Por ello, hay pocos registros de eventos similares, lo que lleva a una alta incertidumbre en la evaluación.
Por un lado, estimaron que hay una tendencia en las observaciones asociadas con calentamiento de 1,2ºC, lo que hace que episodios de lluvias como el que se vivió en abril sean más probables. De este modo, concluyeron que las lluvias fueron entre un 10% y un 40% más intensas de lo que habrían sido si hubiera ocurrido en un año de El Niño en un clima 1,2 °C más frío.
Por otro, analizaron modelos climáticos con una resolución lo suficientemente alta como para capturar la precipitación en la región de estudio comparativamente pequeña. Por esta parte, encontraron que los modelos climáticos disponibles no muestran consistentemente una tendencia ni siquiera para los modelos que fueron evaluados para simular razonablemente bien las precipitaciones en la región. Sin embargo, puntualizan que existe una gran incertidumbre en este hallazgo, debido nuevamente a la alta variabilidad de las precipitaciones de un año a otro.
A su vez, indican que existe una “confianza media” de que las precipitaciones intensas serían detectablemente mayores en la Península Arábiga con aproximadamente 1,5 °C de calentamiento global en comparación con las condiciones climáticas preindustriales, según el Sexto Informe de Evaluación del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) de la Organización de Naciones Unidas (ONU), que incluye literatura científica disponible hasta enero de 2021.
Por ello, explican que el desacuerdo entre los resultados del modelo y las observaciones les impide concluir con certeza que el cambio climático inducido por el hombre es el principal factor que hace que este evento sea más probable. Sin embargo, argumentan que si bien múltiples razones podrían explicar la ausencia de una tendencia en los resultados de su modelo, no tienen una explicación alternativa para una tendencia en las observaciones aparte de la expectativa de que las lluvias intensas aumenten en un clima más cálido.
Por otra parte, los investigadores también hacen referencia a cómo la mayoría de las muertes que se produjeron durante estos dos días fueron de personas que se encontraban viajando. Además, recuerdan como muchos ciudadanos en Dubai se vieron obligados a abandonar sus automóviles en las inundaciones. Debido a ello, apuntan que las advertencias pueden no haber llegado a algunas personas o no fueron lo suficientemente específicas para los impactos esperados en regiones particulares.
A su vez, también hablan de que el 80 y el 85% de la población total de Omás y EAU están en riesgo de inundación. Asimismo, recalcan que ambos países tienen un alto grado de superficies con permeabilidad y capacidad de absorción limitadas debido a los desarrollos urbanos, el drenaje inadecuado y los suelos hiperáridos que exacerban el riesgo y la gravedad de las inundaciones repentinas. Por ello, les insta a tener una planificación urbana más proactiva y a integrar pronósticos basados en impactos en sus sistemas de alerta temprana.
Por último, también recalcan que no se implementó ninguna medida de ‘siembra de nubes’ para este evento y que incluso si se hubiera hecho, no influyó en la cantidad de humedad atmosférica disponible, que fue la principal variable anómala antes del evento de precipitación.
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