Dice que los relatos “suponen el eco del horror” de la guerra en Darfur hace dos décadas y reclama al TPI que investigue estos crímenes
MADRID, 11 (EUROPA PRESS)
La organización no gubernamental Human Rights Watch (HRW) ha acusado este martes a las paramilitares Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF) y a milicias árabes aliadas de ejecutar de forma sumaria a 28 miembros de la comunidad massalit en un ataque ejecutado en mayo en el estado de Darfur Occidental y ha reclamado al Tribunal Penal Internacional (TPI) que investigue estos crímenes.
La ONG ha indicado en un informe que estos grupos armados irrumpieron el 28 de mayo en la localidad de Misterei, donde residen miles de personas –mayoritariamente miebros de la comunidad massalit–, donde además mataron e hirieron a decenas de civiles, en el marco del conflicto desatado el 15 de abril entre el Ejército sudanés y las RSF.
Así, ha detallado que los asaltantes mataron a personas en sus hogares, en las calles o en los lugares en los que intentaron esconderse, tras lo que abrieron fuego contra personas que intentaban escapar, hiriendo a varios niños, y se dedicaron a saquear e incendiar la mayoría de la ciudad, provocando la huida de miles de personas hacia Chad.
“Desde que estalló el conflicto en Sudán en abil, algunas de las peores atrocidades han sido cometidas en Darfur Occidental”, ha alertado Jean-Baptiste Gallopin, investigador de crisis y conflicto en HRW”. “El asesinato en masa de civiles y la destrucción total de la localidad de Misterei demuestra la necesidad de una respuesta internacional ante la expansión del conflicto”, ha argumentado.
En este sentido, la organización ha reiterado que las partes deben poner fin a sus ataques contra civiles y permitir un acceso seguro de la ayuda, al tiempo que ha insistido en que el Tribunal Penal Internacional (TPI) debería incluir estas atrocidades en sus investigaciones en torno a los abusos cometidos en la región de Dafur.
“Los relatos de los que han sobreviviendo a los recientes ataques en Darfur Occidental suponen el eco del horror, la devastación y la desesperación en Darfur hace 20 años”, ha manifestado Gallopin, quien ha insistido en que el TPI “debe investigar estos abusos atroces, mientras que los socios internacionales y regionales de las RSF deben sancionar a las RSF y a líderes de milicias árabes responsables de estos ataques”.
HRW ha recalcado que ha entrevistado a 29 supervivientes del ataque que lograron cruzar la frontera con Chad y que ha analizado imágenes por satélite que apuntan que otras seis localidades situadas en los alrededores de Misterei –incluidas Molle, Murnei y Gokor– fueron también incendiadas. Asimismo, ha entrevistado a 37 refugiados de otras zonas de Darfur Occidental que han denunciado abusos similares.
En esta línea, ha manifestado que son visibles casos de incendios deliberados en la capital del estado, El Geneina, que afectan principalmente a lugares donde miles de personas desplazadas por ataques previos estaban viviendo, sin que las RSF se hayan pronunciado ante las preguntas de HRW sobre estos incidentes.
En el caso del ataque del 28 de mayo, miembros de las RSF y milicias árabes rodearon la ciudad en motocicletas, camionetas o a caballo, tras lo que se enfrentaron con grupos de autodefensa massalit. “Las RSF y los árabes nos tirotearon por la espalda”, ha dicho un hombre de 76 años. “Vi a personas corriendo, siento tiroteadas y cayendo al suelo cerca de una tienda de alimentos”, ha relatado.
Los atacantes persiguieron a personas que intentaron esconderse en escuelas y en la mezquita, mientras que muchas mujeres y niños, así como algunos miembros de los grupos de autodefensa que resultaron heridos en los combates, lograron escapar a un complejo escolar en el norte de la localidad que fue registrado clase por clase por los atacantes, que ejecutaron de forma sumaria a los hombres adultos.
MILES DE DESPLAZADOS POR LA VIOLENCIA
Dos mujeres que lograron cobijarse en una escuela han manifestado que los atacantes ejecutaron a tres hombres y que abrieron fuego de forma indiscriminada en una clase, hiriendo a tres mujeres y dos niños. “Preguntaban por los jóvenes que protegían la localidad”, ha dicho una de ellas. “¿Dónde están los hombres? ¿Dónde están los niños? Los queremos a todos. Queremos matarlos. ¿Por qué no huís y abandonáis el país? ¿Por qué seguís aquí? ¿A qué estáis esperando?”, preguntaron, según este relato.
Posteriormente, los atacantes saquearon propiedades de los residentes y robaron cabezas de ganado, semillas, dinero en efectivo, oro, teléfonos móviles y muebles, tras lo que incendiaron las viviendas. “Toda la ciudad estaba cubierta de humo”, ha apuntado una enfermera de 35 años, una versión confirmada por imágenes por satélite.
Los residentes han localizado los cuerpos de 59 personas en fosas comunes, si bien funcionarios locales han elevado a 97 el número de muertos, incluidos miembros de los grupos de autodefensa. HRW ha confirmado la muerte de al menos 40 civiles a causa del ataque en Misterei.
Por último, HRW ha reseñado que alrededor de 217.000 personas han llegado a Chad desde el estallido de los combates y ha especificado que alrededor del 98 por ciento de los registrados son miembros de la comunidad massalit, al tiempo que ha pedido al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas que reclame el acceso seguro y sin restricciones de ayuda humanitaria en Darfur.
Las actuales hostilidades entre el Ejército y las paramilitares estallaron en el marco de un aumento de las tensiones en torno a la integración de las RSF en el seno de las Fuerzas Armadas, parte clave de un acuerdo firmado en diciembre para formar un nuevo gobierno civil y reactivar la transición abierta tras el derrocamiento en 2019 de Omar Hasán al Bashir, dañada por el golpe de Estado de octubre de 2021, en el que fue derrocado el primer ministro de unidad, Abdalá Hamdok.
La guerra ha dejado hasta el momento más de 1.100 muertos, según el Ministerio de Salud sudanés, pero las cifras reales podrían ser mucho más elevadas teniendo en cuenta la violencia intercomunitaria desencadenada en las regiones de Kordofán y Darfur.
Además, más de 2,9 millones de personas han sido desplazadas, incluidas casi 700.000 que han huido a países vecinos, según datos publicados la semana pasada por la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), entre informaciones de atrocidades diarias y abusos sexuales a gran escala contra las mujeres y niñas del país.
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