Piden una “depuración legal” de elementos del antiguo régimen y reclaman al Ejército que “demuestre que tiene capacidad” de cumplir un alto el fuego
MADRID, 7 (EUROPA PRESS)
Las paramilitares Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF) han afirmado este miércoles que “están abiertas y dispuestas” a negociar su integración en las Fuerzas Armadas de Sudán siempre y cuando la cúpula de las mismas no esté copada por “miembros del régimen” del expresidente Omar Hasán al Bashir, derrocado en abril de 2019, al tiempo que han vuelto a exigir al Ejército que “demuestre que tiene capacidad de cumplir un alto el fuego temporal humanitario”, en el marco de los combates que estallaron el 15 de abril en el país africano.
“Estamos abiertos y dispuestos a negociar la integración de las RSF en las Fuerzas Armadas de Sudán, pero creemos que hacerlo en un momento en el que su cúpula está abiertamente inundada con miembros del régimen de Al Bashir sería un error de proporciones históricas”, ha indicado un portavoz de las RSF en declaraciones concedidas a Europa Press. “Si eso pasara, nada evitaría que Sudán volviera a estar bajo control de extremistas”, ha argumentado.
Así, ha subrayado que “la principal medida de construcción de confianza (de cara a poner fin a los combates) sería introducir algún tipo de depuración legal que evite que miembros del antiguo régimen del dictador Al Bashir ocupen puestos de autoridad en Sudán”. “Si el país no experimenta un cambio total en el poder, Sudán volverá a caer presa de las mismas personas que nos mantuvieron cautivos durante 30 años”, ha sostenido.
Las diferencias en torno a la integración de las RSF en el seno de las Fuerzas Armadas, así como sobre las reformas en el aparato de seguridad, provocaron numerosos aplazamientos de la aplicación del acuerdo marco alcanzado en diciembre de 2022 para intentar relanzar el proceso de transición abierto en 2019, gravemente dañado por el golpe de Estado encabezado en octubre de 2021 por el jefe del Ejército y presidente del Consejo Soberano de Transición, Abdelfatá al Burhan.
El acuerdo marco alcanzado por las partes contemplaba la firma de una declaración política el 1 de abril, el pacto de una nueva Constitución de transición el 6 de abril y la formación del gobierno el 11 de abril, si bien las tensiones entre Al Burhan y el jefe de las RSF, Mohamed Hamdan Dagalo, alias ‘Hemedti’ y entonces vicepresidente del Consejo Soberano de Transición –puesto del que fue recientemente cesado– derivaron finalmente en un conflicto abierto.
Así, el portavoz de las RSF ha sostenido que “el único camino hacia adelante para Sudán es un gobierno liderado por civiles” y ha añadido que “el pueblo de Sudán dejó clara su decisión en la revolución de diciembre de 2018”. “Estuvimos con el pueblo cuando más nos necesitaron, seguimos haciéndolo y lo haremos en el futuro”, ha manifestado.
Por otra parte, ha hecho hincapié en que “a un nivel básico, las Fuerzas Armadas deben demostrar su capacidad de respetar un alto el fuego temporal humanitario” y ha argüido que “si no tiene voluntad de hacerlo, está claro cuáles son sus intenciones”. “Eso significaría que no están buscando poner fin al conflicto, sino más guerra”, ha alertado.
En este sentido, ha reiterado las afirmaciones de las RSF sobre la existencia de “múltiples centros de toma de decisiones dentro y en los márgenes de la cúpula de las Fuerzas Armadas” y ha manifestado que “las negociaciones pasadas fracasaron porque nadie tenía una autoridad clara para sentarse y adoptar una decisión”. “Si esta situación no se resuelve, es muy difícil pergeñar un camino hacia adelante”, ha lamentado.
LAS RSF ABOGAN POR “UN ALTO EL FUEGO HUMANITARIO PROLONGADO”
El portavoz ha reconocido que “la situación sobre el terreno es inestable” y han denunciado que “las Fuerzas Armadas sudanesas siguen bombardeando de forma indiscriminada zonas residenciales y otras áreas civiles en Jartum”, antes de asegurar que “hacen todo lo posible para dar apoyo humanitaria a la población en estas circunstancias extremadamente difíciles”.
“Creemos en la necesidad de un alto el fuego humanitario prolongado para dar apoyo a los civiles y cubrir sus necesidades. Sin embargo, hasta ahora todos los alto el fuego han sido rotos en numerosas ocasiones por la fuerza rival”, ha recalcado, antes de incidir en que los únicos contactos existentes con las Fuerzas Armadas son los que tienen lugar a través del canal abierto por los contactos en la ciudad saudí de Yedá. “Los contactos tienen lugar únicamente a través de Arabia Saudí”, ha asegurado.
El Ejército sudanés anunció el 31 de mayo su decisión de suspender su participación en estos contactos, destinados a lograr un alto el fuego permanente, argumentando que las RSF “no han respetado el acuerdo de evacuar los hospitales y las casas de civiles que habían ocupado (en el marco de los enfrentamientos)”, según confirmado fuentes diplomáticas a Europa Press.
Días después, las Fuerzas Armadas sudanesas mostraron su disposición a retomar las conversaciones y Arabia Saudí –que ejerce de facilitador del proceso junto a Estados Unidos– indicó que los delegados de ambas partes continuaban en Yedá, si bien confirmó que los contactos se encontraban en una fase de “pausa formal”, en medio de un recrudecimiento de los combates sobre el terreno.
Por último, el portavoz de las RSF ha reseñado que “la democracia es imposible en Sudán sin Estado de Derecho” y ha puntualizado que “todo el mundo debe rendir cuentas por sus acciones”, en medio de las acusaciones sobre crímenes de guerra en el marco de las hostilidades, que han dejado hasta ahora más de 700 muertos y más de un millón de desplazados, entre personas que han tenido que huir a otras zonas del país y las que han cruzado fronteras hacia otros países de la región.
“Cualquier persona que haya sido partícipe en cualquier crimen, especialmente crímenes de guerra, debe rendir cuentas ante las autoridades judiciales. Esto se aplica también a miembros de las RSF, e incluso quizá más aún en este caso”, ha explicado. Si un miembro de las RSF es declarado culpable de cometer cualquier crimen, la cúpula de las RSF serán las primeras en garantizar que responde ante la Justicia”, ha zanjado.
Los combates que se suceden desde hace ya cerca de dos meses han ahondado la crisis humanitaria en Sudán, donde 15,8 millones de personas necesitarían ayuda humanitaria en 2023, según datos publicados en febrero por la Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA).
La situación llevó a Naciones Unidas y sus socios a lanzar un Plan de Ayuda Humanitaria para 2023 que requería aproximadamente 1.585 millones de euros con el objetivo de dar ayuda a 12,5 millones de personas, si bien la guerra ha provocado una revisión de dicho plan, que pide ahora unos 2.765 millones de euros, cifra que incluye cerca de 434 millones de euros para dar ayuda a refugiados, retornados y comunidades de acogida en la región.
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