El grupo paramilitar dice que las sanciones “hacen poco para ayudar” a lograr una “solución política exhaustiva” a la guerra
MADRID, 8 (EUROPA PRESS)
Las Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF) han rechazado las sanciones recientemente impuestas por Estados Unidos contra altos cargos del grupo paramilitar, incluido el hermano de su líder, Mohamed Hamdan Dagalo, y han afirmado que se trata de una medida “selectiva” y “arbitraria” que “no hace rendir cuentas a los verdaderos instigadores de la guerra, las Fuerzas Armadas de Sudán”.
El Departamento del Tesoro estadounidense anunció el miércoles sanciones contra Abdelrahim Hamdan Dagalo con asesinatos de índole étnica, ataques contra defensores de Derechos Humanos, violencia sexual, saqueos e incendios de comunidades.
Además, el Departamento de Estado actuó contra Abdulraman Juma, un alto cargo de las RSF –recientemente disueltas por el jefe del Ejército, Abdelfatá al Burhan– en Darfur Occidental, por su papel “en graves violaciones de los Derechos Humanos”, incluida la responsabilidad de sus fuerzas en el secuestro y ejecución del gobernador de la región, Jamis Abdalá Abkar.
En respuesta, las RSF han dicho que han “analizado cuidadosamente” la decisión del Departamento del tesoro y han resaltado que llegan “sin una investigación exhaustiva y transparente”, antes de criticar que Estados Unidos “pase por alto los crímenes (del Ejército) contra civiles inocentes en la capital, Jartum, y el resto de la nación”.
“Esta decisión hace poco para ayudar a lograr el objetivo más importante en este momento, que es lograr una solución política exhaustiva a la guerra, un sistema de justicia de transición y una paz sostenible en Sudán”, han recalcado a través de un comunicado publicado en su cuenta en la red social X, anteriormente conocida como Twitter.
Así, han reseñado que “las dinámicas étnicas, culturales y sociales en Darfur Occidental, los actores que estuvieron detrás de los acontecimientos más recientes en la región y los detalles sobre cómo ese sucesos salieron a la luz fueron descritos de forma inexacta”.
“Además, no se han impuesto sanciones contra las Fuerzas Armadas y sus apoyos extremistas del antiguo régimen (del derrocado presidente Omar Hasán al Bashir), que han cometido las violaciones más atroces de los Derechos Humanos contra civiles sudaneses desde el inicio de la guerra”, han criticado.
“Sus graves crímenes contra la humanidad van desde bombardeos aéreos, arremetidas con artillería, detención de manifestantes contra la guerra en Sudán, torturas a cautivos y violaciones de la zona de exclusión aérea en Darfur con continuos bombardeos contra civiles en Nyala”, han explicado.
En esta línea, han dicho que las acusaciones contra el hermano del líder de las RSF en el asesinato del gobernador de Darfur Occidental “carece de base e ignora el llamamiento a una investigación internacional independiente”, por lo que ha incidido en que la decisión “daña el proceso de justicia de transición y crea obstáculos para lograr una paz duradera en el país”.
“Siempre hemos apreciado, y seguimos considerando clave, el papel de Estados Unidos como mediador en este conflicto. Sin embargo, una postura sesgada que aparentemente beneficia al antiguo régimen sólo puede socavar su posición”, han puntualizado, antes de reiterar su “determinación inamovible para poner fin a la guerra lo antes posible, abordar sus causas subyacentes y garantizar justicia en el marco de una resolución holística”.
Los combates estallaron el 15 de abril a causa de las diferencias en torno al proceso de integración de las RSF en el seno de las Fuerzas Armadas, parte clave de un acuerdo firmado en diciembre de 2022 para formar un nuevo gobierno civil y reactivar la transición abierta tras el derrocamiento en 2019 del entonces presidente, Omar Hasán al Bashir, dañada por el golpe de Estado protagonizado en octubre de 2021 por Al Burhan, en el que fue derrocado el primer ministro de unidad, Abdalá Hamdok.
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