MADRID, 3 (EUROPA PRESS)
Las milicias del Movimiento 23 de Marzo, desde hace meses enzarzadas en violentos combates contra el Ejército de República Democrática del Congo en la provincia de Kivu Norte, en el noreste del país, se han hecho con el control de la estratégica localidad minera de Rubaya, en el territorio de Masisi, tras días de intensos combates.
La toma de la ciudad fue anunciada por el portavoz del M23 Willy Ngoma a la cadena BBC y posteriormente confirmada por la presidenta provincial de la Cámara de Minería de Kivu Norte, Yvette Mwanza, a la emisora de Naciones Unidas en el país africano, Radio Okapi, donde incidió en el enorme varapalo económico que representa la pérdida de la localidad, cuyas minas de coltán “representan la mitad de la producción nacional” de este mineral.
RDC es el segundo productor mundial de este mineral, unión de dos metales como son la columbita y la tantalita, y usado en la fabricación de las baterías aparatos electrónicos.
Ngoma ha asegurado a BBC que la conquista de la ciudad no tiene que ver con las ambiciones del M23 sobre el control del coltán sino “para expulsar a los enemigos” de la organización, acusada de ser el brazo armado de Ruanda en el país — algo que el Gobierno ruandés ha desmentido categóricamente en muchas ocasiones — y cuyo conflicto con el Ejército congoleño ha degenerado en la expulsión de decenas de miles de personas a la capital del estado, Goma, donde malviven en condiciones infrahumanas.
El Gobierno congoleño no se ha pronunciado sobre el estatus de la ciudad más allá de las estimaciones de las autoridades locales.
También hay que destacar que los enfrentamientos entre el M23 y el Ejército congoleño están cada vez más cerca de Goma y sus campos de desplazados, donde han muerto nueve civiles en las últimas horas por el impacto de un bombardeo, según responsables locales.
“Tenemos nueve muertos como resultado del bombardeo”, explica el responsable del distrito de Lac Vert, donde se encuentra el campo de desplazados, Dedesi Mitima, antes de añadir que otras dos personas han muerto por disparos de las fuerzas de seguridad que reprimieron una manifestación después del ataque, que fuentes locales atribuyen al M23), sin que el Gobierno ni los guerrilleros se hayan pronunciado al respecto.
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