Inicio España “Las familias afectadas por la muerte perinatal demandan una mejor atención sanitaria”

“Las familias afectadas por la muerte perinatal demandan una mejor atención sanitaria”

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MADRID, 13 (EUROPA PRESS)

La asociación Umamanita reclama un mayor apoyo social e insta a mejorar la atención sanitaria a las familias que sufren una pérdida perinatal, con independencia del momento en que ocurre (primeras semanas del embarazo, tercer trimestre o después del parto) y de su naturaleza (interrupción del embarazo por motivos médicos, muerte espontánea intrauterina, complicaciones durante el parto, etc.).

Así lo piden en el marco del Día Internacional de la Muerte Perinatal (International Babyloss Awareness Day) promovido por varias asociaciones de apoyo a madres, padres y familias de toda España, y que se celebra este domingo.

Por otra parte, destacan la necesidad de reducir “sustancialmente” la tasa de mortalidad perinatal, lo cual se puede conseguir con estrategias y enfoques cuya efectividad está comprobada, salvando así las vidas de cientos de bebés cada año. “En el caso de España, no parece que exista una determinación política de reducir la tasa de mortalidad perinatal y, en este sentido, parece ser otro aspecto de la salud reproductiva y de la mujer que recibe una atención desigual”, lamentan desde la entidad.

“La atención sanitaria está mejorando pero aún queda lejos de ser de primer nivel” afirma la presidenta y cofundadora de Umamanita, Jillian Cassidy. Con todo, reconoce que, desde la publicación en 2018 del Informe Umamanita, una encuesta realizada con 796 mujeres sobre sus experiencias con la atención sanitaria, “se han visto mejoras notables en la calidad de la atención”.

En este sentido, cada vez más familias valoran la oportunidad de ver y pasar tiempo con su bebé, de haber recibido una caja de recuerdos y de que los profesionales sanitarios les dieran apoyo emocional adecuado.

Jillian afirma que “estos recursos tienen un valor inestimable para el proceso de duelo y que los cambios son producto de la inversión en formación especializada y del desarrollo de protocolos por parte de los hospitales”. Asimismo, destaca que estas nuevas prácticas “también mejoran la calidad de la vida laboral de los propios profesionales”.

Sin embargo, lamenta que, junto con un aumento en las historias positivas, son todavía “demasiadas” historias de experiencias negativas. “Varias madres que acuden a la asociación reclaman que, mientras la atención enfocada en el duelo está muy bien, sienten que los profesionales sanitarios no entendieron que el parto era el nacimiento de un hijo o una hija, tratándolo como un evento que había que acabar cuanto antes”, ha señalado.

Por ello, estas mujeres reivindican que el parto sigue siendo el nacimiento de un hijo o hija y puede ser un momento bonito además de doloroso y triste. En este sentido, manifiestan la necesidad de recibir “mejor información preparatoria para el parto y menos paternalismo en el trato”.

Paul Cassidy, sociólogo e investigador de la asociación, señala que, a pesar de haber cambiado mucho en algunos cohortes de mujeres, no se perciben tantos cambios en otros, en especial si se tienen en cuenta las muertes en el primer y segundo trimestre y los casos de detección de anomalías fetales graves (posibilidad de cuidados paliativos perinatales o atención adecuada en el caso de decidir interrumpir el embarazo).

Cassidy subraya que, en el estudio de 2018, se detectaron grandes deficiencias en la calidad de la atención de estos grupos y opina que habría que hacer “un doble esfuerzo ahora para que la atención llegue a una altura mínimamente aceptable”.

En este sentido, Paul apunta a la “prevalencia de la idea de que el apego y el significado de la muerte se corresponden de forma lineal con la edad gestacional, cuando la realidad es que el proceso de adquisición de la identidad de madre o padre es mucho más complejo”.

Los estudios revelan que una madre o padre pueden experimentar un duelo intenso y traumático tras la muerte de un bebé en cualquier momento del embarazo. Por ello, uno de los puntos centrales de la campaña de concienciación de Umamanita de este año es el reconocimiento de que el duelo perinatal engloba a una población “mucho más grande” de lo que se suele pensar.

Cuando se suman las pérdidas de todos los trimestres y se añaden las interrupciones del embarazo por motivos médicos y las muertes neonatales, la población total asciende a entre 80.000 y 90.000 mujeres, además de sus familias y sus entornos.

Por ello, desde la asociación reivindican la necesidad de un plan estratégico y estándares de atención nacionales que establezcan indicadores medibles para valorar de forma precisa la situación actual, qué queda por hacer y cómo conseguirlo.

LA HISTORIA DE MARU Y KEVIN

Yael, el hijo de Maru García y Kevin Rodríguez, murió tras nueve horas de parto y una cesárea de urgencia. Ahora, ambos destacan la importancia del 15 de octubre para arrojar luz sobre el duelo perinatal. “Vivimos un duelo desautorizado, ya que sentimos que la sociedad, al no conocer a nuestro hijo, evita hablarnos del tema, quiere que pasemos página rápidamente, nos dicen muchas frases hechas como: ‘sois jóvenes,’ ‘ya vendrá otro,’ que no ayudan en el acompañamiento”, han lamentado.

En este sentido, Cassidy comenta que “la falta de apoyo es uno de los mayores factores de riesgo asociados a secuelas psicológicas de los dolientes después de la muerte de un bebé”.

En este contexto, ha defendido la “suma importancia” de la entrada en vigor este año de la nueva Ley 20/2011, del Registro Civil, que permite por primera vez la inscripción de los bebés nacidos sin vida a partir de 180 días con nombre y apellido y el nombre de ambos progenitores.

“Este acto simbólico _es una ley sin efectos jurídicos_ es una validación institucional y un punto de inflexión social para el reconocimiento del significado e impacto de la muerte perinatal”, reconocen desde la asociación.


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