MADRID, 26 (EUROPA PRESS)
Un estudio realizado en la Universidad de Jyväskylä, Finlandia, bajo el título ‘Password’, ha revelado que las enfermedades crónicas, a pesar de presentar diferencias en la actividad y el estado físico, no reducen los beneficios del ejercicio, según publican los investigadores en el ‘Journal of Aging and Physical Activity’.
Durante una intervención de ejercicio multicomponente de un año de duración en 314 personas mayores de entre 70 y 85 años, previamente sedentarias, las enfermedades crónicas y sus factores de riesgo explicaron hasta el 12 por ciento de las diferencias en la actividad física y el estado físico entre los participantes al inicio del estudio, pero no más del 3 por ciento de los cambios durante el programa de ejercicios.
“Fue fantástico ver que los beneficios del ejercicio no se veían muy afectados por la multimorbilidad. El aumento de la actividad física y la mejora del estado físico pueden, a su vez, mejorar la salud general y la capacidad funcional a pesar de las enfermedades crónicas”, afirma la investigadora postdoctoral, Tiina Savikangas.
En concreto, se investigaron todas las enfermedades crónicas y sus factores de riesgo como un grupo, permitiendo a los investigadores considerar no sólo el impacto general de la multimorbilidad sino también la importancia independiente de las enfermedades y los factores de riesgo.
“Descubrimos que los efectos de diferentes enfermedades sobre la actividad física y el estado físico variaban -añade Savikangas-. Sin embargo, la mayoría de las enfermedades no afectaron significativamente el desarrollo de la actividad física ni ninguno de los dominios de la aptitud física durante el estudio, lo que fue una sorpresa positiva para nosotros”.
No obstante, los expertos advierten que al comenzar a hacer ejercicio, es importante tener en cuenta las condiciones crónicas y asegurarse de comenzar con un nivel seguro de actividad que sea apropiado para su nivel inicial.
En este caso, los participantes en el estudio se sometieron a un examen de salud antes de comenzar a hacer ejercicio y el programa de entrenamiento de fuerza, resistencia y equilibrio se consideró seguro para ellos.
“La actividad física diaria es buena para todos y todos pueden encontrar una manera gratificante de hacer ejercicio. Sin embargo, antes de comenzar a hacer ejercicio, asegúrese de pedir ayuda a un profesional de la salud. Es posible que algunos municipios incluso dispongan de un servicio de asesoramiento deportivo para ayudarle a empezar”, afirma Savikangas.
Según precisan los expertos, todos los individuos participaron en un programa de ejercicio progresivo que incluía entrenamiento de fuerza muscular, resistencia aeróbica, equilibrio y movilidad. La mitad de los sujetos participaron en un programa de entrenamiento computarizado de funciones ejecutivas además del programa de ejercicios.
Así, la actividad física se evaluó mediante cuestionarios al inicio, luego después de seis y doce meses de entrenamiento y, finalmente, un año después de finalizar la intervención.
En términos de aptitud física, la resistencia aeróbica se midió mediante la prueba de caminata de seis minutos, la fuerza muscular mediante la prueba de fuerza isométrica máxima de extensión de rodilla y la potencia muscular mediante el tiempo de cinco veces de pie en silla.
La resistencia aeróbica y la potencia muscular se midieron antes del inicio del programa de ejercicios, después de seis y doce meses de entrenamiento. Se tomaron mediciones de la fuerza muscular al inicio y después del final de la intervención.
Por su parte, la profesora de Gerontología del Ejercicio, Sarianna Sipilä, ha sido la encargada de dirigir el estudio y la Academia de Finlandia ha sido la entidad financiera.
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