LAS PALMAS DE GRAN CANARIA, 6 (EUROPA PRESS)
El jefe de la Oficina de Madrid del Consejo Europeo de Relaciones Exteriores, José Ignacio Torreblanca, ha apuntado este viernes que la democracia “no” solo está “en crisis”, sino que llevan “18 años consecutivos de retroceso” tanto en cantidad en el mundo como en calidad.
“Esas erosiones, tanto cuantitativas como cualitativas, abren la puerta a movimientos populistas, nacionalistas, que no creen en ese orden multilateral que tiene reglas”, subrayó para agregar que quienes no creen en ese orden multilateral consideran que las “reglas abiertas a las que todos podemos postular a la democracia libremente son instituciones que acosan o abocan la soberanía de los estados, imponen restricciones a las personas”, denominando todo esto “estereología del globalismo”, “ideología liberal, globalista”.
En una conferencia titulada ‘El nuevo desorden global y su implicación para Europa y sus empresas’, organizada por La Provincia y patrocinada por la Cámara de Comercio de Gran Canaria, Torreblanca ha expuesto que además el número de personas que han dejado de creer en la democracia ha crecido.
En concreto, indicó que el número de personas que solo creen en las elecciones cuando las gana su partido se ha elevado sustancialmente en todo el mundo, apuntando que en estos momentos cuando tras un proceso electoral preguntas a los que han perdido “si el gobierno que ha ganado es legítimo, te dicen que no”.
Actualmente consideró que el mundo, desde Estados Unidos a Brasil y a la mayoría de Europa, tiene un “problema de aceptación de la democracia por los perdedores”, lo que lleva a que “la polarización está sumamente excedida”.
Al respecto, explicó que los politólogos entienden que para que una democracia funcione “lo normal es que las preferencias de los ciudadanos se distribuyen en una campaña, en una curva normal: hay mucha gente en el centro y pocos en los extremos”.
Sin embargo, la dinámica de la polarización le da la vuelta a esa campaña y la convierte “en una U”, intentando “sembrar esas trincheras y esas divisiones en el centro para expulsar a la gente a los extremos”, matizando que ese “bloquismo” hace que la gente “no pueda cruzar las líneas patriotas”.
El objetivo de toda esta estrategia, dijo, se centra en “evitar la alternancia” en los gobierno porque “si no hay nadie que cambie nunca de voto, porque considere que el cambio de voto es una traición, es una identidad, son sus principios, sus valores, y no una manera legítima de echar a los gobernantes” por otros que gusten más, se llega a “una dinámica de polarización de la población humana”.
Ante esta situación el papel que han jugado las redes sociales ha admitido que si bien se pensaba que iban a servir a las democracias, ha sido todo lo contrario porque las dictaduras “han sido mucho más eficaces” en utilizar la información, el control de las redes sociales, “primero en casa, para controlar más estrechamente a la ciudadanía, es decir, para asentar sus democracias, y a su vez han sido capaces de utilizar esas tecnologías para interferir en los espacios públicos de las democracias debilitándolos, acentuando esas dinámicas de polarización y de división”.
Esto, apostilló, se ha visto “muy claramente” durante el Brexit, en la campaña electoral de Estados Unidos que llevó al poder a Trump o en todas las elecciones europeas, entre otras, donde la desinformación, que va a parar a ataques de ciberseguridad, lo que hacen es “debilitar la fe de los ciudadanos en sus sistemas políticos”.
- Te recomendamos -