MADRID, 17 (SERVIMEDIA)
Un total de 1,19 millones de personas murieron en 2021 por siniestros de tráfico en todo el mundo, lo que supone el primer descenso global desde 2010, cuando fallecieron 1,24 millones de ciudadanos.
Actualmente, la siniestralidad vial es la principal causa mundial de fallecimiento de niños y jóvenes de 5 a 29 años. Nueve de cada diez muertes se producen en países de ingresos bajos y medianos, y el riesgo de morir en un siniestro vial se triplica en las naciones pobres respecto de las ricas. El 53% de las víctimas mortales son usuarias vulnerables, es decir, peatones, ciclistas y motoristas.
Esos datos figuran en el ‘Informe sobre la situación mundial de la seguridad vial 2023’, elaborado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) con el apoyo de Bloomberg Philanthropies.
Se trata del quinto informe de esa agencia de la ONU sobre las muertes por siniestros de tráfico. Los anteriores, recogidos por Servimedia, corresponden a 2009 (que alude a 1,27 millones de fallecimientos en 2004), 2013 (1,24 millones de víctimas mortales en 2010), 2015 (1,25 millones en 2013) y 2018 (1,35 millones en 2016).
El último, difundido esta semana, menciona 1,19 millones de víctimas mortales en 2021. Por tanto, en casi dos décadas se ha producido un descenso global de un 6%.
Sin embargo, la OMS apunta que los siniestros de tránsito continúan siendo “una crisis sanitaria mundial persistente”, ya que los peatones, los ciclistas y otros usuarios vulnerables de la vía pública afrontan “un riesgo agudo y creciente de muerte”.
Además, cada minuto mueren de media más de dos personas y cada día pierden la vida 3.260 ciudadanos en el mundo. “El trágico recuento de muertes por accidentes de tráfico va en la dirección correcta, a la baja, pero no lo suficientemente rápido”, apuntó Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la OMS.
A este respecto, Ghebreyesus añadió: “La carnicería en nuestras carreteras es prevenible. Hacemos un llamamiento a todos los países para que sitúen a las personas y no a los automóviles en el centro de sus sistemas de transporte, y garanticen la seguridad de los peatones, ciclistas y otros usuarios vulnerables de la carretera”.
UN 50% DE REDUCCIÓN
Un total de 108 de los casi 200 países miembro de la ONU redujeron las muertes viales entre 2020 y 2021. Diez de ellos lo hicieron en más de un 50% (Bielorrusia, Brunéi Darusalam, Dinamarca, Emiratos Árabes Unidos, Japón, Lituania, Noruega, Rusia, Trinidad y Tobago, y Venezuela) y 35 lograron avances notables con reducciones de entre un 30% y un 50%.
Un 28% de las muertes por accidentes de tránsito en todo el mundo ocurren en Asia sudoriental, un 25% en el Pacífico occidental, un 19% África, el 12% en América, un 11% en el Mediterráneo oriental y un 5% en Europa.
Nueve de cada diez fallecimientos ocurren en países de ingresos bajos y medianos, donde perder la vida es un hecho desproporcionadamente mayor cuando se compara con la cantidad de vehículos y carreteras que hay en esas naciones.
No en vano, el riesgo de muerte se triplica en los países pobres respecto a los ricos, cuando aquellos tienen solo un 1% de los vehículos motorizados en el mundo.
Los usuarios vulnerables de la carretera aglutinan el 53% de todas las muertes por siniestros de tráfico, concretamente peatones (23%); conductores de vehículos motorizados de dos y tres ruedas, como motocicletas (21%); ciclistas (6%) y quienes viajan en vehículos de movilidad personal, como patinetes eléctricos (3%).
Las muertes entre los ocupantes de automóviles y otros vehículos ligeros de cuatro ruedas se redujeron ligeramente a un 30% de los fallecimientos mundiales.
Los fallecimientos de peatones aumentaron un 3% hasta alcanzar 274.000 entre 2010 y 2021, y las de ciclistas subieron casi un 20% hasta llegar a 71.000 en ese periodo.
Mientras tanto, el 80% de las carreteras del mundo no cumplen con los estándares de seguridad para peatones y solo un 0,2% tienen carriles para bicicletas, lo que deja a los ciclistas peligrosamente expuestos.
MEJORES NORMAS Y POLÍTICAS
Por otro lado, el informe de la OMS revela una “alarmante falta de progreso” en el avance de las leyes y las normas de seguridad.
Solo seis países tienen leyes que cumplen con las mejores prácticas de la OMS para todos los factores de riesgo (exceso de velocidad, conducción bajo los efectos del alcohol y uso de cascos de moto, cinturones de seguridad y sistemas de retención infantil), mientras que 140 naciones (dos tercios de los Estados miembro de la ONU) tienen normas para al menos uno de estos factores de riesgo.
Se prevé que la flota mundial de vehículos de motor se duplique para 2030. Sin embargo, solo 35 países (menos de una quinta parte de los que pertenecen a Naciones Unidas) legislan sobre todas las características clave de seguridad de los vehículos (por ejemplo, sistemas de frenado avanzados, sistemas de frenado delanteros y protección contra impactos laterales, etc.).
El informe también revela “importantes lagunas” para garantizar la seguridad de las infraestructuras viales, ya que solo 51 países (una cuarta parte de las naciones pertenecientes a la ONU) tienen leyes que exigen inspecciones de seguridad que abarquen a todos los usuarios de las carreteras.
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