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Las ballenas cantan de forma similar al lenguaje humano

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MADRID, 06 (SERVIMEDIA)

Las ballenas tienen un canto que puede ser tan eficiente -y, en algunos casos, incluso más- que la comunicación humana y supone un comportamiento complejo que se transmite culturalmente, como ocurre con el lenguaje humano.

Así se explica en sendos estudios publicados este jueves en las revistas ‘Science’ y ‘Science Advances’, con autores pertenecientes a instituciones de Australia, Estados Unidos, Israel, Nueva Caledonia, Nueva Zelanda o Reino Unido.

La selección natural favorece lo conciso sobre lo prolijo. Por ejemplo, gritar ‘¡Agáchate!’ es más rápido y mucho más efectivo que decir ‘¡Cuidado, viene un proyectil y tienes que apartarte del camino!’.

Dos normas lingüísticas de abreviación, conocidas como la ‘ley de Menzerath’ y la ‘ley de Zipf’, calculan estas eficiencias en la vocalización. La primera describe cómo aumenta la eficiencia cuando las palabras o canciones más largas tienen elementos más cortos, como sílabas y notas. La segunda indica que la eficiencia crece cuando los elementos individuales que se utilizan con mayor frecuencia son más cortos.

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El trabajo publicado en ‘Science Advances’ aplica esas leyes al canto de las ballenas y analiza secuencias de 16 especies de cetáceos, incluidos delfines, cetáceos dentados y misticetos.

En ese estudio, Mason Youngblood, de la Universidad de Stony Brook (Estados Unidos), examinó componentes dentro de 65.511 secuencias de canto de ballenas y 51 lenguas humanas, y definió la eficiencia en primer lugar según la ‘ley de Menzerath’.

Las vocalizaciones de 11 de las 16 especies mostraron la ‘ley de Menzerath’ en un grado igual o superior al observado en el habla humana. Las excepciones fueron las orcas, los delfines de Héctor, los delfines de Commerson, los delfines de Heaviside y las ballenas francas del Pacífico Norte.

Youngblood aplicó a continuación la ‘ley de Zipf’. Solo las ballenas jorobadas y las ballenas azules siguieron esta ley, y únicamente las jorobadas lo hicieron en la misma medida que se observa en el habla humana.

PARALELISMO

Por otro lado, el estudio publicado en ‘Science’ se basa en métodos cuantitativos, normalmente utilizados para evaluar el habla infantil, y señala que el aprendizaje culturalmente evolucionado de las lenguas humanas también se aplica al canto de las ballenas jorobadas.

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En el lenguaje humano, las unidades estructuralmente coherentes exhiben una distribución de frecuencias que sigue una ley de potencia, también conocida como distribución zipfiana, un atributo que facilita el aprendizaje y probablemente mejora la preservación precisa del idioma a lo largo de las generaciones.

El canto de las ballenas jorobadas presenta un paralelismo con el lenguaje humano, al tratarse de uno de los despliegues vocales más intrincados del reino animal, y también se transmite culturalmente.

Estos cantos están altamente estructurados, compuestos por elementos jerárquicos anidados: elementos sonoros que conforman frases, frases que se repiten en temas y temas que se combinan en canciones.

Si las propiedades estadísticas del lenguaje humano surgen de la transmisión cultural, deberían ser detectables patrones similares en el canto de las ballenas. Inbal Arnon, de la Universidad Hebrea (Israel) y sus colaboradores utilizaron técnicas de segmentación del habla inspiradas en el análisis del habla infantil para examinar ocho años de grabaciones del canto de ballenas jorobadas y descubrieron estructuras ocultas en estos cantos que muestran paralelismos sorprendentes con el lenguaje humano.

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Concretamente, estos cantos contienen subsecuencias estadísticamente coherentes que se ajustan a una distribución zipfiana. Además, la longitud de estas subsecuencias obedece a la ley de la brevedad de Zipf, un principio impulsado por la eficiencia que se observa en numerosas especies, incluidos los seres humanos.

“Según lo que se conoce, el canto de las ballenas jorobadas y el canto de los pájaros exhiben patrones que siguen estas leyes y principios sin transmitir los significados semánticos que caracterizan a los lenguajes humanos. En este sentido, quizás deberíamos estar comparando los cantos de las ballenas con la música humana”, indican Andrew Whiten y Mason Youngblood en un artículo publicado en ‘Science’.


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