MADRID, 2 (EUROPA PRESS)
Un equipo de investigadores de la Universidad Técnica de Múnich (TUM), en Alemania, ha descubierto que las bacterias intestinales tienen una gran influencia en el proceso de reparación del hígado que el organismo realiza cuando se ha extirpado una parte de este.
Los resultados del estudio, señalan los investigadores, podrían ayudar a mejorar el pronóstico tras la cirugía hepática en caso de cáncer de hígado y otras enfermedades.
El hígado humano tiene una gran capacidad de regeneración, a diferencia del corazón, por ejemplo. Los mecanismos biológicos subyacentes son un ejemplo del papel que desempeñan las bacterias intestinales en los procesos que tienen lugar en otros órganos. Así lo demuestra una nueva investigación realizada por un equipo interdisciplinar del Hospital Universitario Klinikum rechts der Isar y la Facultad de Ciencias de la Vida de la TUM.
Un microbioma intestinal sano está formado por muchos tipos de bacterias que desempeñan un papel activo en la digestión. Algunas de ellas, por ejemplo, descomponen los carbohidratos en ácidos grasos de cadena corta (AGCC). “Las células hepáticas necesitan estos ácidos grasos para crecer y dividirse”, explica el jefe del estudio y miembro del Departamento de Cirugía de la Klinikum rechts der Isarel, Klaus-Peter Janssen.
El profesor Janssen afirma que, con este estudio, se ha conseguido “demostrar por primera vez que las bacterias intestinales influyen en el metabolismo lipídico de las células hepáticas y, por tanto, en su capacidad de regeneración”.
LOS ANTIBIÓTICOS DETIENEN LA REGENERACIÓN DEL HÍGADO
Janssen y su equipo realizaron experimentos en ratones para determinar cómo afecta un microbioma alterado a la regeneración hepática. En los animales en los que se perturbó el microbioma mediante antibióticos, la formación de nuevas células hepáticas se retrasó considerablemente.
Aunque los científicos ya conocían la relación entre los antibióticos y la alteración de la regeneración hepática, antes se atribuía a la respuesta inmunitaria del organismo o a los efectos secundarios nocivos de los antibióticos en las células hepáticas, según explica el profesor Janssen. La conexión mecánica de la regeneración del hígado con las bacterias intestinales solo salió a la luz en el estudio de la TUM.
A diferencia de los ratones tratados con antibióticos, las células hepáticas tampoco se regeneraban en los ratones que carecían de microbioma desde el nacimiento.
Una de las primeras autoras del estudio, Anna Sichler, explica que “los antibióticos no matan todas las bacterias intestinales pero que, la medicación cambia la composición del microbioma y las especies bacterianas restantes producen muchos menos ácidos grasos de cadena corta”.
El estudio actual demostró que la regeneración del hígado también se producía en los animales tratados con antibióticos, pero con un retraso significativo. En los ratones que carecían de bacterias intestinales no se produjo regeneración. Sin embargo, los investigadores lograron estimular la regeneración del hígado tratándolos con un “conjunto inicial de microbioma” definido con precisión.
No obstante, el estudio no ofrece recomendaciones específicas para la adopción de nuevas medidas o el desarrollo de fármacos. Aunque sus resultados podrían servir para nuevas investigaciones y los médicos podrían examinar las bacterias intestinales de los pacientes para determinar si las condiciones son favorables para la cirugía o si es mejor esperar a que el microbioma se recupere, según explica el profesor Janssen.
“Y a la inversa, los médicos también podrían ser capaces de examinar el microbioma a través de muestras de heces para determinar lo bien que se está regenerando el hígado después de una operación”, remata.
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