MADRID, 13 (EUROPA PRESS)
Investigadores de la Universidad de UppSala y de Lund (Suecia) han descubierto un vínculo entre los niveles de ciertas bacterias que viven en el intestino y las placas ateroscleróticas coronarias, que se forman por la acumulación de depósitos de grasa y colesterol y constituyen una de las principales causas de ataques cardíacos.
El estudio, publicado en la revista científica ‘Circulation’, se basó en análisis de bacterias intestinales e imágenes cardiacas entre 8.973 participantes de 50 a 65 años de edad de Uppsala y Malmö sin enfermedad cardiaca conocida previamente. Todos eran participantes en el Estudio sueco de bioimagen cardiopulmonar (SCAPIS).
“Encontramos que las bacterias orales, especialmente las especies del género Streptococcus, están asociadas con una mayor aparición de placas ateroscleróticas en las pequeñas arterias del corazón cuando están presentes en la flora intestinal”, explica la profesora de epidemiología molecular en el Departamento de Ciencias Médicas y SciLifeLab de la Universidad de Uppsala, quien coordinó el estudio junto con investigadores de la Universidad de Lund, Tove Fall.
Fall asegura que las especies del género Streptococcus “son causas comunes de neumonía e infecciones de garganta, piel y válvulas cardíacas”. “Ahora necesitamos entender si estas bacterias están contribuyendo al desarrollo de la aterosclerosis”, añade.
Los avances tecnológicos han permitido la caracterización profunda a gran escala de comunidades bacterianas en muestras biológicas al secuenciar el contenido de ADN y compararlo con secuencias bacterianas conocidas. Además, las mejoras en las técnicas de imagen han permitido la detección y medición de cambios tempranos en los pequeños vasos del corazón.
El estudio SCAPIS representa una de las colecciones más grandes del mundo de estos dos tipos de datos. En este estudio, los científicos investigaron los vínculos entre la microbiota intestinal y la acumulación de depósitos de grasa en las arterias del corazón.
“La gran cantidad de muestras con datos de alta calidad de imágenes cardíacas y flora intestinal nos permitió identificar asociaciones novedosas. Entre nuestros hallazgos más significativos, Streptococcus anginosus y S. oralis subsp. oralis fueron los dos más fuertes”, afirma el autor principal de la Universidad de Uppsala, Sergi Sayols-Baixeras.
El equipo de investigación también encontró que algunas de las especies vinculadas a la acumulación de depósitos de grasa en las arterias del corazón estaban vinculadas a los niveles de la misma especie en la boca. Esto se midió usando muestras fecales y de saliva recolectadas del Malmö Offspring Study y el Malmö Offspring Dental Study.
Además, estas bacterias se asociaron con marcadores de inflamación en la sangre, incluso después de tener en cuenta las diferencias en la dieta y la medicación entre los participantes que portaban la bacteria y los que no.
“Recién comenzamos a comprender cómo el huésped humano y la comunidad bacteriana en los diferentes compartimentos del cuerpo se afectan entre sí. Nuestro estudio muestra una peor salud cardiovascular en los portadores de estreptococos en el intestino. Ahora necesitamos investigar si estas bacterias juegan un papel importante en el desarrollo de la aterosclerosis”, señala la profesora de epidemiología genética en la Universidad de Lund y una de las autoras principales del estudio, Marju Orho-Melander.
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