MADRID, 15 (SERVIMEDIA)
LaLiga celebró este jueves que el abogado general del Tribunal de Justicia de la UE (TJUE) defienda que las normas de la FIFA y de la UEFA supeditan cualquier nueva competición, como la Superliga europea, a una autorización previa, pues ello es compatible con el Derecho de la Unión en materia de competencia.
El abogado general Athanasios Rantos argumenta que la European Super League Company tiene libertad para crear su propia competición de fútbol fuera del ecosistema de la UEFA y de la FIFA, pero no puede participar de forma paralela en las competiciones de fútbol oficiales organizadas por la FIFA y la UEFA sin la autorización previa de esos organismos.
Si bien las conclusiones de Rantos no son vinculantes, LaLiga confió en que los magistrados del Tribunal de Justicia de la UE, cuando emitan su veredicto final en los próximos meses, compartan la opinión expresada por el abogado general.
LaLiga indicó en un comunicado que tiene “la certeza de que el actual modelo europeo del deporte, que cuenta con el respaldo de las instituciones europeas, permite un adecuado desarrollo” del fútbol “desde la base hasta las categorías profesionales, con una convivencia adecuada entre las ligas nacionales y las competiciones europeas”.
“Desde LaLiga, junto con otras ligas europeas, seguiremos luchando para que las instituciones europeas legislen y proporcionen amparo legal al modelo europeo actual del fútbol”, apuntó Javier Tebas, presidente de LaLiga.
Las autoridades de la Unión Europea también se manifestaron anteriormente sobre este asunto. La Comisión y el Parlamento Europeo se han posicionado en contra de la Superliga europea al defender un modelo abierto, democrático y basado en la meritocracia. La resolución de la Eurocámara contó con el apoyo del 87% de los votos.
Según LaLiga, la creación de una Superliga significaría “el final de las ligas nacionales europeas”, además de que “terminaría con un modelo que ha demostrado su eficacia durante más de 100 años y rompería el sueño de los millones de aficionados de las competiciones nacionales”.
“La creación de una liga diseñada para enriquecer a los clubes más grandes y concentrar el poder en un pequeño número de equipos que ya dominan el fútbol europeo, también provocaría la pérdida de decenas de miles de puestos de trabajo y reduciría drásticamente los ingresos fiscales de las arcas públicas de todo el continente”, concluyó.
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