Unas 50 personas de su círculo cercano, incluidos colaboradores y guardias de seguridad, también han sido incriminados
MADRID, 20 (EUROPA PRESS)
La Justicia de Haití ha imputado este lunes a Martine Moise, la viuda del expresidente Jovenel Moise, y a 50 de personas de su círculo cercano por complicidad, asociación criminal, robo a mano armada, terrorismo y asesinato, en el marco de la investigación del magnicidio ocurrido en julio de 2021 en su residencia y que dejó un vacío de poder que agravó la convulsa situación política y económica del país.
Entre los imputados también destacan el ex primer ministro interino Claude Joseph, el ex secretario general del Consejo de Ministros Renald Lubérice, el exministro de Interior Ardouin Zéphirin, al ex jefe de seguridad de Moise Dimitri Hérard y a su ex coordinador de seguridad Jean Laguel Civil, según ha publicado el diario ‘Gazzete Haití’.
El juez del caso, Walter Wesser Voltaire, ha ordenado el arresto y el encarcelamiento de todos ellos; cabe destacar que no hay ningún oponente del exmandatario entre los imputados.
A finales de enero, Voltaire ya había emitido una orden de arresto contra la viuda de Moise por este mismo caso. Martine Moise se encontraba en la residencia particular de la pareja junto a sus dos hijos cuando un grupo de hombres armados irrumpió en el domicilio y dispararon contra el entonces presidente haitiano. La mujer sobrevivió y fue trasladada a Estados Unidos para recibir tratamiento.
Martine Moise, poco dada a pronunciarse ni dar señales de vida, lanzó una publicación en sus redes sociales el 7 de diciembre, cuando se cumplían 29 meses de la muerte de su esposo, en la que aseveraba que “los asesinos (…) sienten que su reinado de impunidad e intocabilidad parece estar llegando a su fin”.
El 7 de julio de 2021, una veintena de personas irrumpieron en la vivienda del entonces presidente haitiano, donde se toparon con poca resistencia por parte del equipo de seguridad, mataron a Moise e hirieron a su mujer, Martine Moise. Desde el magnicidio de Moise, el vacío de poder agravó la convulsa situación política y económica del país en una crisis de seguridad, con asesinatos y secuestros a diario.
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