BRUSELAS, 28 (EUROPA PRESS)
Los ministros de Exteriores de la Unión Europea se reúnen este jueves en Bruselas para tratar con Ucrania la ofensiva en Kursk que abre un nuevo frente de guerra con Rusia, posibles sanciones a ministros israelíes por apoyar los actos de colonos violentos o la situación en Venezuela tras la crisis abierta tras las elecciones presidenciales del pasado 28 de julio, cuyo resultado no reconoce la UE hasta que Caracas muestre las actas oficiales.
La capital comunitaria acogerá una cita informal de ministros que debería organizar Hungría, país que ostenta la presidencia rotatoria del Consejo, pero que finalmente el Alto Representante, Josep Borrell, trajo a Bruselas para castigar el pulso político del primer ministro húngaro, Viktor Orbán, con su viaje por sorpresa a Moscú en contra de la posición de la UE de apoyar sin fisuras a Kiev.
Pese a criticar la estrategia europea para Ucrania y tachar de “infantil” el intento de socavar la reunión informal en Budapest, el ministro de Exteriores húngaro, Péter Szijjártó, acudirá a la cita, explican fuentes diplomáticas. En el encuentro junto a sus colegas europeos tratará mano a mano con el ministro de Exteriores ucraniano, Dimitro Kuleba, la situación en Ucrania, donde se abre un nuevo frente en la región rusa de Kursk.
Por el momento el jefe de la diplomacia europea ha abanderado la demanda para que los aliados de Kiev levanten todas las restricciones al uso de armas occidentales en Rusia, así que la cita previsiblemente lanzará este debate y será un foro para escuchar las demandas ucranianas a sus socios ante la evolución de la guerra.
Sobre la mesa de los ministros estará la propuesta de Borrell de sancionar a miembros del gobierno de Israel, en concreto al ministro de Finanzas de Israel, Bezalel Smotrich, y el titular de Seguridad Nacional, Itamar Ben Gvir, en medio de las tensiones con la diplomacia europea por las “incendiarias” declaraciones y el apoyo a colonos violentos.
Dado que el encuentro es informal no producirá resultados y decisiones, pero sí servirá de termómetro sobre la intención de los Estados miembros de avanzar en medidas punitivas contra los polémicos ministros israelíes. Así las cosas, el planteamiento de Borrell debería recabar consenso para estudiarse legalmente y proceder a su aprobación, algo que está por ver debido a la posición de países como Alemania, Austria o República Checa, aparte de Hungría, que siempre han sido reticentes a adoptar sanciones contra Israel en el contexto de la guerra en Gaza.
Fuentes diplomáticas consultadas por Europa Press prevén que muchos países del bloque se opongan a las sanciones contra el Ejecutivo de Benjamin Netanyahu por no constituir un enfoque constructivo hacia Tel Aviv y en cambio pidan diálogo directo con Israel en lugar de sanciones a sus ministros. Otro tema diferente es proceder con más sanciones contra colonos violentos, una medida que sí ha concitado la unanimidad de los 27, que de hecho acordaron ampliar las medidas antes del verano a la vista de los ataques registrados en Cisjordania.
La crisis en Venezuela, tras las elecciones presidenciales en las que el Consejo Nacional Electoral (CNE) y el Tribunal Superior de Justicia (TSJ) han dado como ganador al presidente Nicolás Maduro sin presentar actas oficiales que acrediten la victoria electoral, también estará en el menú de los ministros de Exteriores.
La UE por el momento insiste en que solo aceptará unos resultados “verificables” que garanticen el respeto de la voluntad del pueblo venezolano y aunque no ha dado el paso de señalar a Edmundo Gónzalez como ganador, sí sugiere que las actas presentadas por la oposición darían “una mayoría significativa” a su candidato.
Así las cosas, se espera que los 27 redoblen el mensaje de apoyo a la mediación internacional para facilitar un diálogo venezolano que dé garantías a ambas partes y permita restaurar la democracia en el país latinoamericano.
En el marco de la cargada agenda de este jueves, destaca también la visita del ministro de Exteriores turco, Hakan Fidan, en una oportunidad para relanzar las relaciones bilaterales y poner sobre la mesa asuntos que preocupan a la UE como el proceso de Chipre o el papel de Ankara en el conflicto en Ucrania.
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