MADRID, 31 (SERVIMEDIA)
La Red de Atención a las Adicciones (UNAD) se suma este año a la campaña internacional #EndOverdose, auspiciada por el Instituto Penington, de Australia, para reivindicar la reducción de daños en la prevención de la sobredosis y con el fin de “combatir” el “estigma” en torno a las personas que usan drogas.
Así lo precisó la red en un comunicado emitido coincidiendo con la conmemoración, este sábado, del Día Internacional de la Concienciación sobre la Sobredosis y en el que explicó que, con ello, pretende “poner el foco” en la “importancia” de la reducción de daños para “minimizar” las “consecuencias” del consumo de sustancias.
Junto a ello, puntualizó que la iniciativa, que en esta edición lleva por lema ‘Together we can’ para “destacar el poder de la comunidad cuando se une” ante una causa así, busca también “recordar a quienes han fallecido a causa de una sobredosis y denunciar el estigma que aún pesa sobre esta población”.
De este modo, UNAD se “alinea” con los principios de la campaña, que sostiene que la sobredosis “puede y debe prevenirse”, que las políticas punitivas frente al consumo de drogas “no han funcionado para reducir la demanda” o que “todas las personas tienen derecho a una atención sanitaria integral”.
En este contexto, la red incidió en la necesidad de adoptar una perspectiva comunitaria para abordar la situación “desde el plano político, mediático y social” e hizo hincapié en la “importante labor” que, a su juicio, se realiza en los servicios de consumo supervisado de drogas a la hora de intervenir y evitar posibles casos de sobredosis de las personas con un problema de consumo de sustancias.
LA REDUCCIÓN DE DAÑOS EVITA MUERTES
“Estos recursos de reducción de daños evitan muertes, pero también protegen los derechos de las personas que consumen drogas al garantizarles un espacio seguro a nivel social y sanitario”, defendió, al tiempo que abogó por la “expansión” de este tipo de recursos en las grandes ciudades y con un servicio de 24 horas, “previendo no solo el consumo inyectado sino incluyendo el uso de la vía inhalada y su adaptación al aumento del uso de estimulantes”.
Según sus cálculos, con estos “avances” se “reforzaría” la atención que el año pasado recibieron las más de 5.500 personas, una de cada tres de ellas mujeres, que usaron algún recurso de reducción de daños de la red UNAD, que, frente a la “magnitud” de los datos, mantiene abierta una línea de investigación en materia de reducción de daños.
Su último estudio elaborado en este sentido subraya una serie de reivindicaciones que la red juzgó “totalmente complementarias” a las de la campaña #EndOverdose y entre las que resaltó la necesidad de “incorporar” en la reducción de daños a las familias de las personas que usan drogas para “mejorar la efectividad de las estrategias y acciones ante los consumos”.
En paralelo, consideró a los medios de comunicación como “otro agente clave para dar a conocer los efectos y resultados” que, según su punto de vista, “justifican la aplicación de la reducción de daños”.
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