BRUSELAS, 13 (EUROPA PRESS)
La Unión Europea ha expresado este martes su “condena” de la “provocación” del ministro de Seguridad Nacional de Israel, Ben Gvir, con otra polémica visita a la Explanada de las Mezquitas, al señalar que el dirigente defiende una “violación” del actual status quo.
El político ultraderechista israelí ha entrado en la zona en una jornada en la que los judíos conmemoran la destrucción de los históricos templos ubicados en este mismo sitio, a pesar de la especial protección y vigilancia de la que goza este enclave por su importancia también para la comunidad musulmana.
En un mensaje en redes sociales, el Alto Representante de la UE para Política Exterior, Josep Borrell, ha señalado que la UE “condena enérgicamente las provocaciones” del ministro israelí. “Durante su visita a los santos lugares, abogó por la violación del status quo. La UE reitera su llamamiento de junio en el que los líderes pidieron que se mantenga el statu quo, incluso con respecto al papel especial de Jordania”, ha recalcado.
Desde la Explanada de las Mezquitas, Ben Gvir ha reivindicado los derechos de los judíos a rezar en lo que conocen como Monte del Templo, por lo que ha insistido en que es precisamente “su política” permitir la oración judía en las inmediaciones a pesar de que esto iría contra el ‘statu quo’ que rige el lugar.
Esta acción ha sido rechazada por el propio primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, quien se ha desmarcado de la visita y asegurado que Ben Gvir “ha puesto en marcha su propia política” en la Explanada de la Mezquitas” y ha alertado de que lo sucedido durante la jornada supone “una desviación del statu quo”, que no ha cambiado.
Este equilibrio impide a los judíos rezar en el lugar y autoriza únicamente que lo visiten en horarios predeterminados y lo recorran a través de una ruta fijada, acompañados por policías. En la zona estuvieron ubicados el Primer y el Segundo Templo, una herencia histórica destruida de la que sólo queda como vestigio el Muro de las Lamentaciones.
En la Explanada también se encuentra la Mezquita de Al Aqsa, tercer lugar más sagrado del islam, lo que obliga a las partes a mantener un delicado equilibrio para no prender ninguna mecha que pueda desencadenar una ola de tensiones políticas e incluso violencia.
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