MADRID, 15 (EUROPA PRESS)
La calidad del aire en las zonas urbanas ha mejorado, pero la contaminación atmosférica y la acústica siguen constituyendo problemas, según el informe que el Tribunal de Cuentas Europeo ha publicado este miércoles, que señala que la contaminación urbana sigue siendo “una importante amenaza medioambiental” para la salud en la UE.
El estudio se ha centrado en ver si el marco jurídico de la Unión al respecto se había aplicado de forma correcta y si las medidas adoptadas habían sido eficaces para mejorar la calidad del aire y reducir los niveles de ruido. Para descubrirlo, han investigado la situación en Barcelona, Atenas (Grecia) y Cracovia (Polonia).
En concreto, ha examinado las medidas puestas en marcha para abordar la contaminación atmosférica y acústica, como las que recibieron el apoyo de proyectos financiados por la UE durante los períodos de programación 2014-2020 y 2021-2027 (13 proyectos en total, a razón de cuatro en Barcelona, cuatro en Cracovia y cinco en Atenas).
De esta manera, los auditores han constatado tanto logros como lagunas en la aplicación de la legislación de la UE sobre contaminación atmosférica y acústica en las tres ciudades. Si bien han señalado que la calidad del aire está mejorando, han incidido en que ni Barcelona, ni Atenas ni Cracovia cumplen sistemáticamente las normas de calidad del aire de Bruselas. De hecho, consideran que todas “tendrán que redoblar sus esfuerzos para cumplir las nuevas normas de la UE en los próximos años”.
Por otro lado, han denunciado que es difícil evaluar los avances en la reducción de la contaminación acústica, algo que achacan a que la “mayoría” de Estados miembros tengan “lagunas y retrasos en el seguimiento del ruido”. En lo que respecta a las tres ciudades investigadas, han incidido en que en ninguna de ellas se priorizan las actuaciones contra el ruido “y, en el mejor de los casos, solo se aplican parcialmente”.
Además, la investigación recuerda que la legislación europea exige a las ciudades que establezcan planes y adopten diversas medidas para hacer frente a la contaminación atmosférica y acústica. En este aspecto, ha señalado que, en algunas ocasiones, los auditores se encontraron con que planes de acción se retrasaron o no se elaboraron en las tres ciudades seleccionadas.
“La ineficacia de los planes de acción impide una respuesta oportuna y eficaz a la contaminación atmosférica y acústica, y la ausencia de un plan de acción puede dar lugar a medidas descoordinadas o incluso solapadas”, ha incidido.
En líneas generales, los auditores han concluido con que las ciudades tienen dificultades para abordar eficazmente la contaminación atmosférica y acústica por, entre otras cosas, una mala coordinación por parte de las autoridades, una “dudosa eficacia” de las medidas y la resistencia local contra ellas.
Así, han señalado que las zonas verdes en las que los peatones y los ciclistas tienen prioridad sobre los automóviles aportan beneficios a la población local, pero agravan la calidad del aire y los niveles de ruido en las calles circundantes.
A su vez, han destacado como las zonas de bajas emisiones (ZBE) “son una cuestión cada vez más sensible” y han puesto como ejemplo los intentos de introducirlas en Barcelona y Cracovia, que “se enfrentaron a retos jurídicos por motivos de discriminación o de restricciones a la libre circulación, lo que dio lugar a una reducción o aplazamiento de la medida”.
Asimismo, han constatado que el procedimiento de infracción de la Comisión Europea sea largo y “no siempre eficaz” para que las ciudades auditadas cumplan las normas de la UE sobre contaminación atmosférica y acústica. A Bruselas le han pedido introducir objetivos de la UE sobre la reducción de ruidos y los límites al ruido en la Directiva sobre el ruido ambiental; o ajustar los umbrales de notificación relativos a la exposición al ruido todo lo posible a los recomendados por la OMS.
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