La representante de UNICEF en Nigeria pide reforzar la atención primaria y “entender la obligación de que los niños vivan”
MADRID, 29 (EUROPA PRESS)
El Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) ha hecho un llamamiento a acelerar “de forma dramática” las intervenciones para hacer frente a la mortalidad infantil en África Occidental y el Sahel, algo que pasa por un refuerzo de los servicios de atención primaria y la priorización de la supervivencia de los niños ante enfermedades “fácilmente prevenibles”.
La representante de UNICEF en Nigeria, Cristian Munduate, ha señalado en una entrevista concedida a Europa Press en el marco del II Foro Global sobre Neumonía Infantil, celebrado esta semana en Madrid, que “la región del noroeste de África, el cinturón del Sahel, va a quedar atrás si no se aceleran realmente, de forma dramática, las acciones que hay que hacer en los próximos años” para abordar la situación.
Munduate ha señalado que “el 2030 –fecha para los Objetivos de Desarrollo Sostenible– está a la vuelta de la esquina” y, si bien ha reconocido que “los retos a nivel mundial son enormes”, ha hecho hincapié en que “en el centro y el oeste de África hay que acelerar más el tema de la supervivencia infantil”.
“Esto es complejísimo y está comprometiendo el futuro de estos países, ya que en siete u ocho años estos niños llegarán a la adolescencia y en un periodo corto llegarán a la adultez”, ha dicho, al tiempo que ha subrayado que la comunidad internacional “no debe perder la esperanza” y debe “seguir contribuyendo” a estos esfuerzos.
Así, ha especificado que, si bien en varios países hay “situaciones similares” a las que atraviesa Nigeria, el caso en esta nación es “especial” por la cantidad de población. En el país viven cerca de 220 millones de personas y cerca de la mitad son menores de edad. “La misma situación se atraviesa en diferentes países, pero aquí hablamos de retos de millones y millones de niños, lo que lo hace más complicado”, ha manifestado.
“Creo fuertemente en las contribuciones de la cooperación internacional, pero tiene que venir complementadas por esfuerzos iguales por parte de los actores nacionales y locales. Esto es lo que garantiza la sostenibilidad”, ha explicado. En este sentido, ha detallado que en Nigeria hay unas 400 muertes diarias de niños por causas prevenibles, con la neumonía representando el 17 por ciento de la mortalidad infantil en el país.
Munduate ha revelado que las proyecciones de cara a 2030 “si el desempeño de los países del mundo sigue siendo igual, con muy poca aceleración”, apuntan a que la tasa de mortalidad infantil en Nigeria “estará por encima de 75 por cada mil nacimientos”, lo equivale a un 7,5 por ciento.
POBREZA Y REFUERZO DE LA ATENCIÓN PRIMARIA
De esta forma, ha argumentado que esta situación está “muy vinculada” con la pobreza y la desnutrición, que “exacerban” la gravedad de la situación. “Cuando hay un niño que no ha sido vacunado, que no toma los alimentos adecuados, que tiene desnutrición aguda, aunque se le de toda la atención hospitalaria necesaria, desafortunadamente no logra sobrevivir”, ha señalado.
“Hay estudios que indican que, cuanto más mejoren los ingresos económicos, definitivamente hay menos probabilidades de que los niños mueran y de que adquieran este tipo de enfermedades”, ha reseñado. Munduate ha argüido además que a los gobiernos y las sociedades “se les olvidó que hace 15 ó 20 años se miraba la salud, la educación y la nutrición de la niñez como un derecho humano del niño”.
“Luego nos enfocamos en temas de cubrir necesidades, de dar asistencia, pero nunca lo vinculamos con que cada cosa que hacemos para garantizar la vida de un niño supone garantizar sus Derechos Humanos”, ha aseverado. “Es importantísimo que vuelva a posicionarse en la agenda pública y privada”, ha reseñado, antes de abogar por “entender que no sólo estamos ayudando para que los niños vivan, sino entender que es nuestra obligación que los niños vivan y sobrevivan”.
“Es la diferencia entre trabajar para asistir y trabajar para garantizar un derecho humano”, ha dicho Munduate, que ha apostado por “trabajar fuertemente desde la parte institucional”. “Los gobiernos tienen que comprometerse más para invertir en salud”, ha subrayado. De esta forma, ha advertido de que “a veces las prioridades están puestas en otro lado, sin realmente reflexionar en que se está comprometiendo el futuro de los países cuando no se invierte en salud y educación”.
“Los países tienen que tener buenos sistemas de atención primaria en salud”, ha señalado. “Esto se quedó atrás por diferentes razones. Antes incluso había sistemas de atención primaria más fuertes que los que tenemos hoy en día, justamente porque la inversión se dirigió a otros lados”, ha puntualizado.
“Si estamos hablando de salud, se ha preferido invertir en grandes infraestructuras y hospitales, que finalmente el porcentaje de población que llega a estos servicios no es tan significativo”, ha sostenido. “En algunos países, tener esta infraestructura provoca tener más oferta que demanda, mientras que en la atención primaria, donde se puede prevenir y salvar vidas a tiempo, la demanda es mucho mayor, diez o 50 veces mayor, que la oferta que se presenta”, ha señalado.
VIOLENCIA Y ‘ESCUELAS SEGURAS’
En otro orden de cosas, ha abordado la situación de inseguridad en varias zonas del norte de Nigeria y en concreto los secuestros tras ataques contra escuelas, una práctica que se ha extendido desde el noreste –donde operan Boko Haram y su escisión, Estado Islámico en África Occidental (ISWA)– a otras zonas sacudidas por bandas criminales.
Munduate ha afirmado que, si bien los últimos raptos “no llegan a la magnitud” del registrado hace nueve años en Chibok, donde fueron raptadas cientos de niñas, “si uno hace frente al recuento de los diferentes secuestros”, las cifras son “impresionantes”. Así, ha explicado que las situaciones “tienen diferentes orígenes y casi iguales prácticas”, al tiempo que ha destacado que la respuesta de UNICEF en el noreste “está fuertemente vinculada con un trabajo de seguimiento, reporte y atención en los niños afectados por conflictos armados”.
“En el noroeste del país y ahora en el centro, la dramática situación es producto de la delincuencia común. Son individuos que se han armado y que básicamente usan las mismas prácticas”, ha explicado, antes de apuntar a un “riesgo de abuso sexual” de los menores en manos de estas bandas, que también reclutan a menores en sus filas.
Así, ha descrito la situación como “bastante compleja”, dado que “su comportamiento, por decir algo, no tiene la lógica de los grupos que operan en el noreste, como ISWA y Boko Haram”. En este sentido, ha recalcado que en el noroeste del país se ha registrado “una caída dramática del acceso de las niñas a las escuela porque las familias no las dejan salir” ante el riesgo de secuestro.
En este contexto, ha manifestado que las ‘escuelas seguras’ “son mecanismos que permiten mejorar la resiliencia de las comunidades y de las escuelas para prevenir y protegerse un poco más de estos ataques”, incluida la instalación de muros perimetrales, torres de vigilancia y “caminos seguros”.
“Estamos trabajando más de cerca con la Policía y el Ejército. No siempre tenemos los resultados esperados, pero es un tema de no claudicar”, ha sostenido, al tiempo que ha recordado que hay en pie programas para la reintegración de los menores desmovilizados de las filas de grupos armados.
“Tenemos niños y niñas que cuando el combatiente decide deponer las armas, sale y trae consigo a su compañera y sus niños. Incluso han salido niños y niñas adolescentes no acompañados”, ha apuntado. “Esto quiere decir que, por diferentes razones, fueron llevados allí o han nacido y crecido en ese contexto y ahora se trabaja muy fuertemente para su reinserción”, ha zanjado.
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