MADRID, 10 (EUROPA PRESS)
La Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (semFYC) ha pedido actualizar el abordaje de la salud mental juvenil en Atención Primaria, enfocándose en prevención y reducción del uso de benzodiacepinas.
“Las benzodiacepinas están prácticamente en todas las casas, y se ha normalizado su uso, incluso en el ámbito familiar se les dan sin ser prescritas por su médico, como un analgésico sin tener en cuenta sus efectos ni riesgos”, ha alertado la coordinadora del grupo de trabajo Atención al Adolescente de la semFYC, Idoia Jiménez, con motivo del Día de la Salud Mental, que se celebra este jueves.
Así, Jiménez, ha destacado un “preocupante” aumento en el consumo de benzodiacepinas entre los jóvenes. Asimismo, ha añadido que su consumo puedeo producir “dependencia, confusión, trastornos de ánimo y de la memoria”.
“Tener acceso a benzodiacepinas pueden facilitar en adolescentes de riesgo los intentos de suicidio”, ha agregado Jiménez.
De hecho, las indicaciones sobre prescripción de estos fármacos entre adolescentes es una de las recomendaciones de la guía ‘Qué hacer y no hacer en la atención a la adolescencia’, elaborada por el Grupo de Trabajo de Atención al Adolescente de la semFYC, incorporadas a la iniciativa ‘No Hacer’, del Ministerio de Sanidad.
En este sentido, semFYC recuerda que la indicación formulada por este grupo es clara: “Se recomienda no prescribir benzodiacepinas en población adolescente de 10 a 21 años ante problemas de ansiedad o insomnio, exceptuando los problemas neurológicos o psiquiátricos graves”.
En este contexto, la coordinadora del Grupo de Trabajo de Salud Mental de la semFYC, Luz de Myotanh Vázquez, señala que “se debe considerar el daño que pueden causar en los adolescentes. Esto nos debe llevar a implementar la prevención cuaternaria. Muchos psicofármacos tienen efectos secundarios que posiblemente sean peor tolerados por los adolescentes que por los adultos”.
Al hilo, la semFYC ha recordado el Informe Nacional de Estadística de 2023, que revelaba que 4.000 personas se quitaron la vida en España y era el suicidio la primera causa de muerte no accidental entre los jóvenes.
Una parte de la intervención preventiva recae en Atención Primaria y Luz de Myotanh Vázquez, subraya: “Somos la primera línea en la detección y prevención de problemas de salud mental infantojuvenil”.
Según la especialista, la pandemia de Covid-19 ha exacerbado estos problemas, alterando las dinámicas sociales y educativas, y afectando el desarrollo emocional de los adolescentes.
Por su parte, Asensio López, coordinador del Programa de Actividades de Prevención y Promoción de la Salud (PAPPS) de la semFYC, ha señalado que “la pandemia ha incrementado las situaciones de soledad y aislamiento social, disminuyendo las habilidades sociales y aumentando los cuadros de ansiedad y depresión en algunos niños y jóvenes”.
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