MADRID, 7 (EUROPA PRESS)
La Sociedad Española de Epidemiología advierte de que la ciencia sin mujeres conduce a investigaciones y avances sesgados y que no benefician equitativamente a toda la población, por lo que incide en la necesidad de desterrar estereotipos, promover la conciliación personal, familiar y laboral, incluir la perspectiva de género en la enseñanza o promover la igualdad en los equipos de investigación.
Así lo apuntan coincidiendo con el Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia, que se celebra este domingo, 11 de febrero, recordando algunas de las medidas necesarias para lograr una igualdad real de trato y oportunidades en todos los niveles y ámbitos de las carreras científicas.
Desde la sociedad científica advierten que la no inclusión de mayor número de mujeres en este tipo de carreras contribuye a perpetuar los sesgos de género en todas las áreas de investigación, por lo que los resultados de los avances científicos y tecnológicos no benefician de manera equitativa a toda la población, y no contribuyen a la reducción de la brecha de género en empleo y salario que experimentan las mujeres.
La escasa presencia de mujeres en la ciencia en la actualidad se debe a una gran complejidad de factores sociales, culturales y estructurales que provocan desigualdades entre mujeres y hombres. Una de las principales razones que explica esta situación es la persistencia de estereotipos de género que se hacen presentes desde edades tempranas, en las que las niñas reciben mensajes de que no son lo suficientemente buenas para las asignaturas de ciencias.
Estos mensajes pueden provenir de muchas fuentes, incluidos padres y madres, amistades, compañeros de estudios y, lamentablemente, el profesorado, lo que se traduce en una menor motivación por estas asignaturas entre las alumnas hacia las carreras STEM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas).
Por otra parte, la falta de referentes científicas, silenciadas sistemáticamente a lo largo de la historia, es un factor contribuyente y decisivo, que actúa limitando la capacidad de imaginar una carrera de ciencias como opción viable para las mujeres. Según el informe Mujeres en Cifras, únicamente existe un 24 por ciento de mujeres en el grado A (catedráticas) en las universidades y un 26 por ciento (profesoras de investigación) en los Organismos Públicos de Investigación (OPI).
Además, según el último informe Científicas en Cifras, las mujeres de la rama de Ingeniería y Arquitectura representaban un 25,1 por ciento del total del alumnado en el curso 2019-2020. Estas desigualdades por sexo en la educación universitaria, con mayor representación de hombres en las carreras y estudios técnicos, lejos de decrecer siguen manteniéndose durante 2023. En cuanto al número de investigadoras en las áreas de Ingeniería y Tecnología, este ha experimentado un descenso de 6,5 porcentual con respecto a 2016 y de un 2,3 en Matemáticas y Biología/Geología.
Por todo ello, la Sociedad Española de Epidemiología es partidaria de llevar a cabo acciones de difusión con perspectiva de género que incrementen el atractivo por la investigación en las edades tempranas de la educación y ayuden a desterrar erróneas autopercepciones, así como la adopción de políticas activas con el fin de reducir la brecha de género en este sentido, y contribuir a la socialización de las mujeres en la Ciencia.
Entre esas medidas, apuestan por implementar programas de coeducación capaces de desterrar los estereotipos de género en las distintas áreas de conocimiento, así como fomentar una didáctica de las ciencias con perspectiva de género, evitando actitudes sexistas entre el profesorado.
Además, abogan por crear entornos educativos inclusivos que promuevan la libertad de elección de las disciplinas a seguir y poner en marcha políticas de igualdad de oportunidades en el ámbito universitario. Por otra parte, la SEE considera que la perspectiva de género debe incorporarse tanto en el funcionamiento y la evaluación de la enseñanza, como en los másteres y programas de capacitación del profesorado.
Asimismo, se deben desarrollar políticas y programas gubernamentales que promuevan la igualdad de género en este tipo de carreras, promover la equidad de género en los equipos de investigación e integrar la perspectiva de género en I+D+I.
Por último, inciden en la necesidad de facilitar la conciliación de la vida laboral, familiar y personal entre las personas investigadoras de las carreras STEM. Y es que, las altas exigencias de las carreras científicas, así como su creciente internacionalización y la disponibilidad para viajar chocan con el trabajo de crianza y el cuidado de personas dependientes que suele recaer en las mujeres. Todo ello con el objetivo de aprovechar el talento emergente y dar lugar a una investigación que tenga en cuenta las diferencias de género en todos los sectores y acabe con la posición de desventaja de las mujeres.
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