MADRID, 19 (EUROPA PRESS)
La Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO) recomienda que se efectúen mamografías de cribado cada dos años a todas las mujeres con edades comprendidas entre los 50 y 69 años. “La eficacia de estos programas ha demostrado ser mayor a estas edades”, señalan en un comunicado, con motivo del Día Mundial contra el Cáncer de Mama que se celebra este miércoles.
Gracias a los programas de cribado poblacional se ha conseguido una “evidente mejora de la supervivencia y la posibilidad de utilizar tratamientos menos agresivos”, por diagnosticarse en etapas más tempranas, dato clave en el pronóstico.
Así, recuerda que la prevención y el diagnóstico precoz son claves para hacer frente al cáncer de mama, una enfermedad que ya superan en España más del 80 por ciento de las pacientes gracias a los últimos tratamientos oncológicos y las técnicas de diagnóstico precoz.
El cáncer de mama es uno de los tumores más frecuentes y el de mayor prevalencia a nivel global (sumando los tumores de hombres y mujeres), por delante del cáncer de próstata, colorrectal y de pulmón.De hecho, representa el tumor con mayor prevalencia entre las mujeres (17%) y también el de mayor incidencia (nuevos casos), con un 28 por ciento, por delante del cáncer de colon y recto, pulmón y cuerpo uterino.
En España la prevalencia (a 5 años) del cáncer de mama también crecerá hasta alcanzar las 130.000 mujeres. En cuanto a la mortalidad, se trata del cuarto cáncer con mayor tasa de fallecimientos en España, y el primero entre las mujeres.
No obstante, se prevé que casi el 90 por ciento de las mujeres que padezcan este tumor lo superen gracias al diagnóstico precoz, la mejor adecuación de la cirugía -cada vez menos agresiva- y el tratamiento complementario al que cada vez se suman nuevas terapias más efectivas y con menor toxicidad.
Entre las novedades en el tratamiento para este tipo de tumores hay que subrayar la aplicación de la inmunoterapia o las terapias cada vez más dirigidas, con menos toxicidad, muchas de ellas por vía oral que disminuyen los efectos secundarios y evitan que las pacientes tengan que ir a los hospitales a someterse a tratamientos intravenosos.
“El futuro más cercano pasa por seguir ahondando en la medicina de precisión y en la secuenciación de ADN, que permitan entender mejor el cáncer de mama y seleccionar mejor los tratamientos de las pacientes a cada tipo concreto de tumor”, afirman.
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