MADRID, 12 (EUROPA PRESS)
La ruta migratoria que atraviesa la zona central del Mediterráneo registró en el primer trimestre del año al menos 441 fallecidos, según datos de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), que ha advertido de que se trata del periodo más mortífero en esta zona desde el año 2017.
Desde el año 2014, la zona acumula más de 20.000 víctimas mortales. “Me temo que estas muertes se han normalizado”, ha lamentado el secretario general de la OIM, António Vitorino, que ha tachado de “intolerable” la “persistente crisis humanitaria” y ha llamado a los países a “responder”.
No hacerlo, ha añadido, “cuesta vidas”. Entre enero y marzo, 441 migrantes y refugiados han perecido intentando cruzar desde el norte de África hasta el sur de Europa y la OIM tiene registrados siete casos en los que ha habido un retraso o directamente una falta total de respuesta ante una emergencia en alta mar.
“Salvar vidas en el mar es una obligación legal de los Estados”, ha recalcado Vitorino, cuya organización asume que la cifra oficial de fallecidos es tan sólo una estimación de la fotografía real de víctimas en el Mediterráneo, en la medida en que muchas personas desaparecen sin dejar rastro –no tiene constancia de lo ocurrido con más de 300 migrantes–.
Por otra parte, también las autoridades italianas han denunciado un aumento de las llegadas a costa y el Gobierno de Giorgia Meloni decretó el martes el estado de emergencia para responder a la situación. Sólo durante el fin de semana de Semana Santa llegaron a Italia unos 3.000 migrantes y el dato supera ya los 31.000 desde principios de 2023.
La ONU plantea que haya protocolos claros de búsqueda y rescate, así como mecanismos de desembarco que permitan acabar con las respuestas ‘ad hoc’, determinadas caso por caso tras cada emergencia. Estos esfuerzos, según la OIM, deben ir ligados al respaldo a los trabajos de las ONG, cuya labor han puesto en duda las autoridades de Italia.
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