MADRID, 24 (SERVIMEDIA)
La Red contra la Tuberculosis y por la Solidaridad-Stop Epidemias alertó del repunte de la tuberculosis en España e instó a los profesionales a tenerla siempre presente para mejorar su abordaje, coincidiendo con el Día Mundial de la Tuberculosis que se conmemora este lunes, 24 de marzo.
“Da igual que sea prevenible y curable desde hace tantísimo tiempo. La tuberculosis no solo está entre las diez enfermedades que causa más muerte en el mundo sino que, controlada la covid-19 que la desbancó durante tres años, vuelve a ser la enfermedad infectocontagiosa más letal”, explicó el doctor Julio Ancochea, presidente del Comité Científico de la Red contra la Tuberculosis y por la Solidaridad (Red TBS Stop Epidemias), resumiendo el pesar de los profesionales de diferentes ámbitos vinculados al abordaje de la tuberculosis que se han reunido en Madrid en el marco de la 13ª Jornada de Actualización de esta entidad que lleva más de una década trabajando por sensibilizar sobre la tuberculosis.
“Ante el momento convulso que vivimos”, esgrime el neumólogo, “debemos conseguir trabajar de la mano, con responsabilidad… y con solidaridad, porque tanto la enfermedad como el estigma que supone, aunque nos pueden afectar a todos, se siguen cebando con los colectivos más vulnerables y desprotegidos”.
Indica que la salida de Estados Unidos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) corre “un velo negro” sobre las ya de por sí oscuras cifras mundiales: “El último informe de la OMS”, explica el doctor Javier García Pérez, “cifra en 10,8 millones el número de casos nuevos durante el 2023, lo que supone una incidencia de 134 por 100 000 habitantes”.
Según resume el secretario general del Comité Científico de la Red TBS-Stop Epidemias son cinco los países que concentran el 56% de los casos mundiales: India, Indonesia, China, Filipinas y Pakistán y aunque de 2015 a 2023 se ha conseguido un 8,3 % de reducción (liderada por Europa con un 27 % y por África con un 24 %), en 2023 se registraron 1,25 millones de muertes por esta causa.
En España, detalla el doctor García Pérez, ese descenso fue del 22,5 %, pero, citando cifras de la Red Nacional de Vigilancia Epidemiológica (RENAVE), tenemos una incidencia de 8,2 por 100.000 habitantes que supone que en 2023 se registraron 3.944 casos, 210 en menores de 15 años. Y, pese a la concepción generalizada, el 50% de los casos se sigue dando en población autóctona.
“La incidencia no baja, entre otras razones, por la transmisión activa comunitaria”, ha expuesto el doctor Joan Pau Millet, responsable del Programa de TB en la Agencia de Salud Pública de Barcelona, quien detallaba que esto se da por “un alto retraso diagnóstico, el porcentaje de curados y pérdidas de seguimiento en población de riesgo, la baja proporción de estudios de contactos realizados y tratamientos de infección tuberculosa no indicados y no realizar suficientes cribados en colectivos vulnerables”.
El también codirector de Serveis Clínics se lamentaba de que “de nada nos sirven los avances médicos y tecnológicos si sigue siendo una enfermedad olvidada y marginada”. Millet coincidía con los presentes en que el aumento de casos en España en los últimos dos años es preocupante (y, según el RENAVE, Cataluña, Galicia y País Vasco son las comunidades que más casos registran) e incidía en señalar que “si no se diagnostica provoca más secuelas en la persona que la padece y más contagios en la comunidad”, por lo que según este experto habría que conseguir reubicar a la tuberculosis en el foco de atención y aprovechar “los motivos para la esperanza” que suponen las nuevas pruebas diagnósticas, también para la infección de tuberculosis latente, y los nuevos fármacos que acortan y facilitan el tratamiento, especialmente, añadía Javier García Pérez, en cuanto a la multirresistente.
Para Joan Pau Millet, la clave pasa por una mejor vigilancia epidemiológica y para conseguirla “necesitamos una visión y enfoque multidisciplinares, multisectoriales e interinstitucionales, basados en los programas de control”. Según este experto el éxito es un círculo en el que se interrelacionan de manera estrecha detectar, notificar y tratar de los casos; garantizar la adherencia y seguimiento; realizar censo y estudios de contactos; detectar brotes epidémicos y cadenas de transmisión y realizar cribados de tuberculosis e infección tuberculosa latente…
COLECTIVOS VULNERABLES
Factor diferencial que marca también el quehacer de esta Red TBS –Stop Epidemias que, como no podía ser de otra manera, ha dedicado una de las mesas de debate a la prevención en salud en prisiones y en población en situación precaria. Porque si bien la tuberculosis puede afectarnos a todos, no nos afecta a todos por igual: en cuanto a los aspectos clínicos tienen más riesgo las personas inmunodeprimidas, consumidoras de drogas o que abusan del alcohol y también influyen, y mucho, los factores sociales, como el riesgo de exclusión, la marginalidad o la migración en condiciones deficientes.
Enrique Acín, jefe del Área de Salud Pública de la Subdirección General de Sanidad Penitenciaria del Ministerio del Interior, ha sido el encargado de explicar la situación actual en los centros penitenciarios, resumiendo que si bien en cuanto a los objetivos del 2030 para el VIH están muy adelantados, el abordaje para la tuberculosis viene siendo más complicado, “y estamos atentos al repunte que se observa”, aunque las cifras de este año constatan un descenso en la incidencia (en el 2024 solo se han registrado 31 casos de tuberculosis, fueron 35 en el 2023), sigue siendo elevada (69,3/100 000).
De los casos registrados (el 83,8 % TB pulmonar), hay 21 españoles y 10 extranjeros y el 93,5 % son hombres y la media de edad, 46 años. Acín no dudó en recordar que las prisiones no son un compartimento estanco en cuanto a temas de salud y recordó que “las personas privadas de libertad provienen mayoritariamente de situaciones de marginalidad y exclusión”, siendo para muchas el hecho en prisión el primer contacto sanitario reglado.
Situaciones de precariedad como las que ha descrito el doctor Juan Jesús Hernández, del Área de Salud de Cruz Roja Española, que ha detallado en su ponencia las intervenciones realizadas por esta entidad, atendiendo un volumen importante tanto en acciones como de personas (migrantes, refugiados y solicitantes de asilo).
Hernández ha querido señalar la dificultad del abordaje en este recorrido migratorio, en el que para la detección de casos se centran más en sintomatología, dado que el Mantoux no ayuda, al provenir la mayor parte de zonas de alta prevalencia.
Juan Jesús Hernández no ha dudado en recordar que “nadie es migrante en estas condiciones por capricho, son personas con necesidades a las que debemos atender por solidaridad como sociedad y por responsabilidad para con la salud pública”.
Una salud que, como concluyó el doctor Julio Ancochea, a la Red TBS Stop Epidemias le gustaría que fuera global. “Las enfermedades no entienden de fronteras, y si queremos poner fin a la tuberculosis debemos hacer un esfuerzo por eliminar las barreras”. Solidaridad y responsabilidad, leitmotiv necesario para la imprescindible acción conjunta.
La Red TBS-Stop Epidemias nació en 2013 del empuje de la Organización Médica Colegial (CGCOM-OMC); la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG); la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR) y Cruz Roja, cuatro entidades fundadoras que contaron para su creación con la coordinación de Ibsen Comunicación. Hoy son más de medio centenar las sociedades científicas, entidades profesionales, colectivos y medios de comunicación que conforman esta red que sigue apostando por la información y la sensibilización para hacer frente a las enfermedades infecto-contagiosas y a la lacra que suponen.
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