MADRID, 21 (SERVIMEDIA)
El Consejo General de Colegios de Ópticos-Optometristas (Cgcoo) advirtió este jueves, y una vez que ha llegado la primavera, que la radiación ultravioleta (UV) es siete veces más dañina para los ojos de los menores que para los adultos, por lo que recomendó la utilización de gafas de protección solar en los menores.
Según informó este jueves el Cgcoo, este impacto de los rayos solares en los más pequeños se debe a que “el filtro natural del cristalino no está completamente desarrollado hasta los 12 años, por lo que la córnea deja pasar hasta la retina más del 75% de la radiación ultravioleta”, explicó el presidente de los ópticos-optometristas, Juan Carlos Martínez Moral.
Asimismo, añadió que los niños son más vulnerables porque “suelen tener las pupilas más grandes y su cristalino es más transparente”. Por ello, animó a los padres a acudir con sus hijos a una óptica, donde existe una amplia gama de gafas de protección solar que cumplen con todos los requisitos sanitarios al estar homologadas y llevar la marca CE como estándar mínimo de calidad.
Del mismo modo, el uso de otros elementos de protección como gorras, sombreros o viseras, ayudan a reducir el riesgo de padecer problemas visuales como consecuencia de una sobreexposición a la luz solar.
De hecho, el ojo del niño es más sensible que el de los adultos, por lo que es fundamental una buena protección para prevenir daños a corto plazo, como las queratitis o quemaduras solares de la córnea, que en el caso de los más pequeños se manifiestan con síntomas de dolor, fotofobia y enrojecimiento de los ojos.
DAÑOS MÁS GRAVES
A largo plazo, el Cgcoo advirtió que el daño puede ser más grave en forma de alteraciones corneales, lesiones degenerativas y quemaduras agudas en la retina, que afectan a la visión de forma permanente.
Durante la época primaveral es común enfrentarse a las alergias estacionales, incluidas aquellas que afectan a los ojos, debido a los altos niveles de polinización. Sin embargo, factores como las altas temperaturas, la sequía y la contaminación contribuyen a aumentar la cantidad de polen en el aire, así como los tiempos de exposición al mismo y su agresividad.
La conjuntivitis alérgica, en particular, provoca una inflamación de la membrana que recubre la superficie ocular y el interior de los párpados con síntomas oculares como picor y enrojecimiento, hinchazón de los párpados, lagrimeo y fotofobia.
RECOMENDACIONES
Para paliar los efectos de la alergia en los ojos y evitar complicaciones graves en los mismos como queratitis, conjuntivitis infecciosa o incluso glaucoma, los ópticos-optometristas aconsejaron evitar las zonas con alta concentración de polen, como campos y parques.
Junto a ello, recomendaron utilizar gafas de protección solar para protegerse del polvo y otras partículas, evitar exponerse ante agentes irritantes que agraven los síntomas y cerrar las ventanas de casa para que el polen o polvo no se acumulen. Asimismo, es fundamental extremar la higiene ocular diaria y no frotarse los ojos.
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