MADRID, 17 (EUROPA PRESS)
Las autoridades de Pakistán han detenido al menos a 120 personas después de que en la víspera una violenta turba de extremistas musulmanes irrumpiese en Jaranwala, en la provincia paquistaní de Punyab, e incendiase iglesias, además de vandalizar edificios, ante una condena de blasfemia contra un joven de la minoría cristiana.
Todas las instituciones gubernamentales han permanecido cerradas durante la jornada, mientras que también se han prohibido las protestas o reuniones sociales y hay una amplia presencia policial en las calles, según ha recogido el canal de televisión Samaa.
La Policía ha informado este jueves en la red social X, anteriormente conocida como Twitter, de la creación de una unidad especializada en minorías que estará formada por 70 efectivos al mando de la Oficina del superintendente superior de Policía.
Por su parte, el Gobierno paquistaní ha ordenado una investigación de alto nivel ante una trama de altercados, que considera que estuvo “bien pensada” por parte de la turba, que irrumpió en la víspera en Jaranwala y arrasó hasta cinco iglesias, llegando incluso a demoler una vivienda.
La ONG Amnistía Internacional (AI) condenó en la víspera los ataques y aseguró que contribuyen al “clima de discriminación y temor contra las minorías religiosas” y pidió a las autoridades tanto la protección de la población como una rendición de cuentas.
“Las autoridades deben abordar de inmediato el clima de impunidad en torno a la violencia contra las minorías religiosas. Los ataques de dicha turba son solo la última manifestación de una creciente amenaza de violencia que cualquiera puede enfrentar tras una acusación de blasfemia”, resaltó el investigador regional interino para el sur de Asia, Rehab Mahamoor.
La blasfemia es un tema extremadamente delicado en Pakistán y los acusados por ella acaban convertidos en objetivos de los grupos de vigilantes musulmanes extremistas. En algunos casos, han sido tiroteados, quemados vivos o apaleados hasta la muerte.
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