MADRID, 24 (SERVIMEDIA)
La edad, la apatía, la ansiedad, el nivel educativo y los antecedentes familiares pueden predecir la progresión del deterioro cognitivo y enfermedad de Alzheimer, según un estudio llevado a cabo en los servicios de Neurología de varios hospitales de Quirónsalud en Madrid que ya cuenta con más de 3.000 pacientes y que fue presentado este martes.
En rueda de prensa, los expertos subrayaron que el envejecimiento progresivo de la población trae consigo cada vez más casos de deterioro cognitivo y aumentan las posibilidades de desarrollar la enfermedad de Alzheimer (EA).
Sin embargo, a pesar de la prevalencia y carga de esta patología, existe una tasa significativa de infradiagnóstico. Esta situación dificulta su detección precoz y el inicio temprano de los tratamientos que podrían ralentizar la progresión del deterioro y mejorar la calidad de vida de estas personas.
Con el fin de identificar los factores asociados al deterioro cognitivo leve (DCL) y la enfermedad de Alzheimer a partir de datos de la práctica clínica habitual, se puso en marcha un estudio piloto. La investigación, liderada por Quirónsalud con la colaboración del Departamento Médico de Roche Farma en España, se realizó utilizando la información de más de 2.000 personas que acudieron a consulta por problemas cognitivos entre 2007 y 2022 a los servicios de Neurología de varios hospitales del grupo hospitalario en Madrid.
FACTORES DE RIESGO
Según las principales conclusiones de este estudio observacional, la incorporación de factores como la edad, la apatía, la ansiedad y el nivel educativo en los modelos predictivos podría permitir la detección precoz y la intervención en el deterioro cognitivo.
A este respecto, el director general de Roche Farma en España, Patrick Wallach, recordó que el alzhéimer constituye una verdadera prioridad de salud pública: “En los países occidentales el coste de estas enfermedades es comparable al del cáncer, las enfermedades cardiovasculares y diabetes juntos. Asimismo, una de cada tres personas mayores fallece con alzhéimer o alguna demencia y es la séptima causa de muerte a nivel mundial, por lo que es una prioridad de salud pública”.
Por ello, uno de los principales retos para mejorar el diagnóstico y el tratamiento del alzhéimer sigue siendo la detección precoz del deterioro cognitivo. En este contexto, el jefe del departamento de Neurología de Olympia y los hospitales universitarios Quirónsalud Madrid y Ruber Juan Bravo, el doctor Rafael Arroyo, subrayó que “hay que tratar de evitar el infradiagnóstico, ya que hay personas que cuando acuden a la consulta tienen demencias ya muy evolucionadas”.
Por ello, agregó, “el mayor éxito es lograr la detección lo más temprana posible, incluso en pacientes presintomáticos, que es cuando los tratamientos pueden ser más efectivos. Hoy en día, con los nuevos avances y las herramientas de las que disponemos, estamos más cerca de conseguir que la detección sea cada vez más precoz”.
DETERIORO COGNITIVO
Con este objetivo se puso en marcha esta investigación, en la que se incorporaron variables como la Escala de Deterioro Global (GDS por sus siglas en inglés), que evalúa la función cognitiva, el cuestionario Neuropsiquiátrico (NPI), que valora 12 síntomas neuropsiquiátricos clave durante el último mes y las características demográficas.
Según la GDS, 623 evaluaciones realizadas se clasificaron como cognitivamente sanas, 644 como deterioro cognitivo leve (DCL) y 966 como enfermedad de Alzheimer. El grupo con EA era el de más edad y el que menos información tenía sobre la patología.
En concreto, resaltó el doctor Arroyo, “la edad y la apatía aparecen como factores de riesgo en el desarrollo de DCL y la EA. Por el contrario, un alto nivel educativo actúa como factor protector, ayudando a mitigar el deterioro”.
PRÓXIMOS PASOS
Asimismo, añadió, “los antecedentes familiares, como ya se sabe, son un factor de riesgo importante para el desarrollo de EA. Por lo que la investigación futura debería tener como objetivo la recopilación sistemática y estandarizada de este tipo de datos para mejorar la fiabilidad y aplicabilidad de estas herramientas predictivas”.
Este experto también destacó que a partir de esta información se pudo confirmar “algo muy importante, que es lo que llamamos reserva cognitiva de una persona y que está relacionada también con el nivel educacional. A mayor reserva cognitiva, menos probabilidad de sufrir este deterioro cognitivo”.
Por tanto, los próximos pasos que se llevarán a cabo consistirán en continuar enriqueciendo la base de datos comentada para poder mejorar el seguimiento de la evolución de cada paciente.
“Contamos con muchos datos cognitivos y de conducta, a lo que sumaremos la información facilitada por los estudios con pruebas de neuroimagen y de biomarcadores. Todo ello nos ayudará a tener información muy relevante desde el principio, de personas con pérdidas de memoria que no responden a una enfermedad predeterminada, pero en las que podremos predecir su riesgo de desarrollar alzhéimer”, concluyó el experto.
- Te recomendamos -