MADRID, 10 (EUROPA PRESS)
La princesa Amalia, heredera al trono de Países Bajos, ha roto su silencio sobre las amenazas que recibió el año pasado y ha admitido que aún lo está pasando “muy mal”, al término de una visita oficial junto a sus padres a territorios del Caribe.
“Echo de menos la vida normal, la vida de estudiante. Caminar por las calles, ir a una tienda”, ha reconocido Amalia, de 19 años, que confía en que las restricciones impuestas en los últimos meses no sean permanentes y pueda recuperar en algún momento las libertades perdidas.
La Casa Real informó en octubre de que la princesa permanecía recluida ante los temores de un posible ataque o secuestro, después de que su nombre apareciera en unas conversaciones interceptadas a personas relacionadas con el crimen organizado. La joven se vio obligada a abandonar Ámsterdam, donde estudiaba.
El rey, Guillermo Alejandro, también se ha pronunciado sobre la situación de su hija sobre el viaje, asegurando que no es ningún “experto” en temas de seguridad y que deja ese tipo de temas a quienes realmente saben. Sí ha querido enfatizar su “orgullo” por su hija, “agradecida” también por haber participado en la visita.
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