MADRID, 31 (EUROPA PRESS)
La presión asistencial del profesional sanitario disminuyo en el año 2022 con respecto al 2021, del mismo modo se observa más actividad que antes de la pandemia, pero menos intensidad de recursos, según las conclusiones del segundo informe de Monitorización de la Atención Primaria en España y por Comunidades Autónomas, elaboración propia a partir de los datos del Ministerio de Sanidad.
Aunque disminuye la actividad con respecto al año 2021, señalan que “la actividad en la Atención Primaria en ese año se mantiene elevada, fruto de la canalización de la demanda no resuelta de patología no COVID en el año anterior”. Sin embargo, “la intensidad de recursos necesarios para resolverla experimenta un crecimiento más sostenido, fundamentalmente por derivarse actividad presencial a tele consulta, menos exigente en tiempos”.
La presión asistencial sufrida en los dos años anteriores (sobre todo en el 2021) era una cuestión coyuntural provocada por la pandemia. De hecho, la actividad asistencial de la medicina de familia tenía una clara tendencia a disminuir hasta el año 2017. “Si bien los servicios asistenciales tuvieron que adaptarse a un incremento exponencial de actividad por la pandemia, que los llevó en el año 2021 a resolver el volumen de actividad más elevado, al menos, desde 2010”, sacan en conclusión.
Respecto a la diminución de la presión asistencial por profesional sanitario, afirman que al haber aumentado el número de profesionales en todas las categorías analizadas (medicina general, pediatría y enfermería), y al haber disminuido la actividad paralelamente, se produce un efecto reductor de la presión asistencial individual.
Asimismo, más ciudadanos utilizan los servicios de Atención Primaria, pero en menos ocasiones. Aunque cada vez más personas utilizan los servicios de Atención Primaria, la frecuencia con lo que lo hacen viene disminuyendo desde el año 2018. Consecuentemente el número de personas con más de un problema de salud disminuye (comorbilidad).
En el año 2022, la teleconsulta sigue teniendo un papel fundamental para poder afrontar el momento coyuntural complicado del COVID, y sus efectos durante el año 2022. Sigue suponiendo tres de diez consultas realizadas.
Mientras, respecto a la situación de las comunidades autónomas señalan su heterogeneidad. “Cuestión que hace muy interesante el debate de las diferentes políticas y modelos organizativos y su impacto en la actividad, los recursos, al presión asistencial, la capacidad de resolución, etc”, advierten.
“Todas estas cuestiones deben tenerse en cuenta y ser evaluadas en profundidad a la hora de planificar los recursos necesarios. Y con perspectiva de futuro para no tomar decisiones reactivas a cuestiones coyunturales. Decisiones que pueden tener un carácter estructural, que requieren de una visión a medio plazo (o largo), anticipándose tanto a la evolución normal de la actividad. Y prepararse ante posibles contingencias”, afirma Antonio Burgueño, director del estudio y del Proyecto Venturi.
A su juicio, “deben ser abordadas según la realidad de cada Comunidad Autónoma, dado el carácter que rompan el tablero, como la pandemia ha demostrado que pueden ocurrir. Y sin “café para todos”, pues la realidad de cada territorio es distinta y compleja a la vez”.
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