BRUSELAS, 31 (EUROPA PRESS)
Miembros del Parlamento Europeo han cuestionado este miércoles la idoneidad del Gobierno del primer ministro Viktor Orbán en Hungría para asumir la presidencia de turno de la Unión Europea en 2024, insistiendo al Consejo que actúe para evitar una presidencia marcada por la propaganda antieuropea de Budapest.
En un debate centrado en las violaciones del Estado de Derecho en Hungría y la congelación de fondos europeos, la mayoría de eurodiputados han tomado la palabra para pedir mano dura a la Comisión Europea frente a los ataques de Orbán a los valores europeos y su boicot de las políticas europeas respecto a Rusia, por lo que ha pedido que Bruselas libere fondos europeos hasta que Orbán ponga fin a leyes contra jueces, profesores y minorías sociales.
Sin embargo en el fondo del debate está la opción de bloquear la presidencia húngara de la UE, prevista para el segundo semestre de 2024, como señala la resolución que adoptará este jueves la Eurocámara con el apoyo de populares, socialistas, liberales, verdes e izquierda.
El texto cuestiona precisamente que Hungría pueda desempeñar la presidencia semestral “de manera creíble” en 2024, a la vista de sus incumplimientos de la legislación de la UE y de los valores europeos.
En este sentido, la eurodiputada neerlandesa Sophie in’t Veld ha denunciado que es precisamente el Consejo, la institución europea que reúne a los Veintisiete, el que debe tomar medidas contra Hungría pues le “da poderes y herramientas” en las negociaciones europeas como el veto.
“No olvidemos que la única razón por la que tiene este poder es el Consejo. El veto y el hecho de que todos tienen que seguir siendo amigos porque se necesitan para votar otros temas. Es un sistema perverso y le mantienen poderoso”, ha afirmado.
La eurodiputada ‘popular’ Isabel Wiseler-Lima ha insistido en que los Veintisiete den una respuesta a la situación. “No decimos que es lo que tiene que hacer el Consejo pero sí le pedimos que encuentre una solución para proteger a la UE y sus valores fundamentales”, ha explicado.
De lado socialista, el neerlandés Thijs Reuten ha subrayado que el conjunto de Estados miembro debe entender la “seriedad” de lo que sucede con Hungría. “No es una democracia y se sienta en la mesa con los Estados miembros sin ser una democracia”, ha defendido, insistiendo en que Orbán usa a la UE como “un cajero automático”, sin comprometerse con los valores europeos.
“Orbán veta decisiones importantes, como el apoyo a Ucrania que daña tremendamente la credibilidad de la UE”, ha añadido Reuten sobre el “desastre” que sería la presidencia húngara para la política exterior del bloque.
Solo miembros de extrema derecha y algunos eurodiputados húngaros han cargado contra la resolución, insistiendo en que supone discriminar a un Estado miembro y castigar a su población y lamentando que se trata de una injerencia de la Eurocámara. En este sentido, el eurodiputado francés Jerome Riviere ha denunciado el “funcionamiento autocrático” de la UE a la que ha acusado de “imponer ideología a cualquier precio”.
De lado de la Comisión Europea, el responsable de Justicia, Didier Reynders, se ha limitado a comentar la situación con respecto a la reforma judicial en Hungría aprobada a principios de mayo por el Gobierno húngaro y con el que aspira a desbloquear la entrega de 13.000 millones de euros de fondos europeos.
El comisario belga ha reiterado que esta reforma resulta un “importante paso en la buena dirección”, pero ha recalcado que no es el final del proceso para descongelar los fondos y ha insistido en que Budapest debe cumplir más hitos previstos en su plan de recuperación para acceder al total de las partidas. Al mismo tiempo, ha urgido a Hungría a evitar intervenciones selectivas en la economía para dar ventajas a ciertas empresas.
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