MADRID, 28 (SERVIMEDIA)
La Fundación Contemplare ha organizado la I Feria Monástica, que se celebrará durante todo el puente de la Inmaculada y la Constitución (del 6 al 10 de diciembre) en la Casa de la Panadería de la Plaza Mayor de Madrid. En esta cita se venderán unos 900 tipos de productos elaborados en 80 monasterios y contribuye al sostenimiento de los conventos de clausura españoles.
Para la ocasión, además, se abren las puertas de dos espacios que habitualmente no acogen a los madrileños, como es la Sala de Bóvedas, a modo de cripta, donde podrán adquirirse los polvorones, mazapanes, turrones y hasta 650 tipos distintos de dulces navideños, llegados directamente del obrador.
En el Salón Real, subiendo al primer piso en la Casa de la Panadería, con balcones a la emblemática plaza, estarán a la venta los belenes, figuras navideñas, tallas e iconos: 300 objetos artísticos diferentes que moldean y pintan los contemplativos. Pero también se venderá ropa de bebé, cosmética natural y mantelería bordada a la antigua usanza.
Cada tarde habrá un tiempo de encuentro para escuchar a los protagonistas de esta I Feria Monástica: los hombres y las mujeres que han entregado su vida a la oración y a la contemplación, inmersos en el mundo a través de sus rezos. Todos los días a las 17:30h los monjes de la Comunidad del Cordero ofrecerán una explicación del emblemático icono de la Natividad, habrá conciertos sorpresa de música sacra y ocasiones de diálogo personal.
La feria se celebrará en horario de 11 de la mañana a 8 de la tarde con entrada libre.
La Fundación Contemplare está formada por laicos de todos los sectores profesionales que ponen su saber al servicio de la vida monástica, para ayudarles a mantenerse y, sobre todo, para dar a conocer su riqueza. Uno de cada tres contemplativos vive en España, que es la primera potencia mundial, con más de 735 conventos y monasterios en activo.
En España tiene 8.500 monjes y monjas que sostienen la Iglesia siguiendo la regla del ‘ora et labora’. La labor de Contemplare es hacer de “puente” entre su vocación y el mundo y ayudarles a vender sus productos ‘made in prayer’, base para su sostenimiento.
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