MADRID, 05 (SERVIMEDIA)
La Plataforma de Infancia remitió un documento este lunes a la vicepresidenta tercera y ministra de Transición Ecológica y Reto Demográfico, Teresa Ribera, en el que solicita la puesta en marcha de políticas medioambientales que incluyan la “perspectiva de infancia”.
Lo anunció a través de un comunicado en el que constató que trasladó este documento con motivo de la celebración hoy de la Conferencia de Bonn, que constituye el preámbulo a la COP28, que tendrá lugar el próximo mes de diciembre.
La Plataforma de Infancia subrayó que “la contaminación del aire de las ciudades aumenta la aparición de enfermedades, como asma, dolencias cardiovasculares o infecciones respiratorias”, mientras que “el aumento de las temperaturas impacta con mayor gravedad en las niñas, niños y adolescentes, ya que no tienen una capacidad natural para adaptarse al aumento de temperaturas extremas o el aumento de emisiones de gases de efecto invernadero”.
En ese sentido, destacó que, según la Agencia Estatal de Meteorología, España es “especialmente vulnerable al cambio climático”, puesto que “está expuesto a un proceso de desertificación y a eventos meteorológicos extremos”.
Esto le sirvió para, apoyándose en estadísticas de la Agencia Europea de Medio Ambiente, que la contaminación del aire provoca la muerte de 1.200 menores en Europa, al tiempo que se calcula que el cambio climático originará 95.000 óbitos adicionales al año de menores de cinco años como consecuencia de la desnutrición hasta 2030, y otros 23 millones hasta 2050.
Por todo ello, la Plataforma de Infancia incluyó en el documento remitido a Teresa Ribera una serie de recomendaciones, entre las que se encuentra “apoyar el reconocimiento del derecho a un medioambiente saludable para la infancia”, “asegurar la participación de niños, niñas y adolescentes en la delegación nacional para la COP28”, “incluir la perspectiva de infancia en las propuestas medioambientales”, “abordar el impacto de la crisis climática sobre los derechos de la infancia”, “promover la firma de otros gobiernos de la Declaración de Niños, Jóvenes y Acción Climática”, y “promover y financiar una educación climática en el contexto de la transición hacia economías digitales y ecológicas”.
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