MADRID, 15 (SERVIMEDIA)
La actividad pesquera de contacto de fondo en el Atlántico Nororiental cayó un 81% entre noviembre de 2022 y octubre de 2023 comparado con los 12 meses anteriores, pese a que la Comisión Europa prohibió esa práctica en 87 zonas con profundidades de 400 a 800 metros en aguas comunitarias.
La UE aprobó en 2016 su reglamento o ‘régimen’ de acceso a las aguas profundas, que, con su entrada en vigor en 2017, prohibió el arrastre de fondo por debajo de los 800 metros de profundidad en las aguas comunitarias del Atlántico Nororiental.
Este reglamento tenía el objetivo de proteger algunas de las áreas con mayor biodiversidad y a la vez más frágiles, incluyendo montes marinos con corales de agua fría y esponjas, los llamados ecosistemas marinos vulnerables.
En noviembre de 2022, la Comisión Europea prohibió la pesca de contacto de fondo en 87 zonas de las aguas de la UE, en aplicación de una de las disposiciones principales del reglamento de 2016.
Aunque estas prohibiciones han reducido la actividad pesquera, un nuevo estudio publicado este miércoles en la revista científica ‘Science Advances’ revela que siguen realizándose actividades de pesca de contacto de fondo.
HÁBITATS FRÁGILES
Tras la introducción de las vedas tuvieron lugar 3.500 horas de pesca entre noviembre de 2022 y octubre de 2023, una cifra significativamente más baja que las 19.000 del año anterior.
“Si bien las vedas de 2022 han conseguido una esperanzadora reducción de la actividad pesquera, la persistencia de actividades de pesca de contacto de fondo dentro de estos frágiles hábitats revela lagunas de cumplimiento y ejecución de la normativa”, sentencia Lissette Victorero, autora principal del estudio e investigadora para la organización Deep Sea Conservation Coalition (DSCC, por sus siglas en inglés).
Victorero añade: “Estas vedas son un paso esencial para proteger algunos de los ecosistemas más vulnerables del océano, pero garantizar su éxito a largo plazo requiere continuar identificando y protegiendo ecosistemas marinos vulnerables en aguas de la UE y cumplir de forma más estricta la normativa”.
Por otro lado, el estudio revela que los buques españoles acapararon la mayor parte de las 3.500 horas de actividad registradas tras la introducción de la veda (con 1.769 horas), por delante de la flota portuguesa.
La investigación puntualiza que incursiones pesqueras breves y rápidas, como las realizadas por la flota española, podrían pasar inadvertidas en el sistema de localización de buques (SLB, en inglés).
PRÓXIMA RONDA
Además, el estudio recoge niveles significativos de pesca de contacto de fondo en muchas zonas de las aguas de la UE donde se han identificado ecosistemas marinos vulnerables que, no obstante, permanecen desprotegidos debido a retrasos legislativos para introducir el siguiente paquete de vedas, algo que debería producirse anualmente.
“El hecho de que un puñado de buques hayan seguido realizando actividades pesqueras en zonas donde se ha confirmado la presencia de ecosistemas marinos vulnerables es una señal clara de que la siguiente ronda de recomendaciones de vedas de ecosistemas marinos vulnerables en virtud del Reglamento de acceso a las aguas profundas debería producirse sin demora”, apunta Bronwen Golder, directora de la campaña mundial sobre los montes marinos en DSCC.
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