MADRID, 05 (SERVIMEDIA)
La Organización Mundial de la Salud (OMS) advirtió este miércoles al Gobierno de Estados Unidos, encabezado por Donald Trump, de que los recortes en la financiación de los programas contra la tuberculosis, que es la enfermedad infecciosa más mortífera del mundo, ponen en peligro “millones de vidas”.
En las últimas dos décadas, los servicios de prevención, pruebas y tratamiento de la tuberculosis han salvado más de 79 millones de vidas, y el año pasado evitaron 3,65 millones de muertes.
Este progreso ha sido impulsado por la ayuda extranjera, especialmente en los países de ingresos bajos y medianos, en particular de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (Usaid), que el presidente estadounidense ha ordenado desmantelar.
Sin embargo, la OMS subraya que los abruptos recortes de fondos ahora amenazan con deshacer estos logros obtenidos con tanto esfuerzo, poniendo a millones de personas, especialmente a los más vulnerables, en grave riesgo.
Sobre la base de los datos comunicados por los programas nacionales de tuberculosis a la OMS y los informes presentados por el Gobierno de Estados Unidos al sistema de informes de acreedores de la OCDE, el Ejecutivo estadounidense ha proporcionado entre 200 y 250 millones de dólares anuales anuales en financiación bilateral para la respuesta a la tuberculosis en el ámbito nacional. Esta financiación representó una cuarta parte del monto total de los donantes internacionales para la tuberculosis.
“IMPACTO DEVASTADOR”
Los recortes de fondos para 2025 tendrán “un impacto devastador” en los programas de tuberculosis, según la OMS, particularmente en los países de ingresos bajos y medianos que dependen en gran medida de la ayuda internacional, dado que Estados Unidos ha sido el mayor donante bilateral.
Estos recortes ponen en riesgo a 18 de los países con mayor carga de gravedad, ya que dependían del 89% de los fondos previstos de Estados Unidos para la atención de la tuberculosis. La región de África es la más afectada por las interrupciones de la financiación, seguida de las regiones de Asia sudoriental y el Pacífico occidental.
“Cualquier interrupción de los servicios de lucha contra la tuberculosis, ya sea financiera, política u operativa, puede tener consecuencias devastadoras y a menudo mortales para millones de personas en todo el mundo”, según Tereza Kasaeva, directora del Programa Mundial de la OMS sobre Tuberculosis y Salud Pulmonar.
Kasaeva añadió: “La pandemia de covid-19 lo demostró, ya que las interrupciones del servicio provocaron más de 700.000 muertes en exceso por tuberculosis entre 2020 y 2023, agravadas por medidas de protección social inadecuadas. Si no se toman medidas inmediatas, corren peligro los avances logrados con tanto esfuerzo en la lucha contra la tuberculosis. Nuestra respuesta colectiva debe ser rápida, estratégica y contar con todos los recursos necesarios para proteger a los más vulnerables y mantener el impulso para poner fin a la tuberculosis”.
LIDERAZGO
La OMS desempeña un papel de liderazgo crucial en la orientación de los países hacia los objetivos de poner fin a la tuberculosis para 2027 y 2030. Los primeros informes presentados a esta agencia de la ONU por los 30 países con mayor carga de tuberculosis confirman que la retirada de fondos ya está desmantelando servicios esenciales, amenazando la lucha mundial contra la tuberculosis.
Esto incluye crisis de personal sanitario y comunitario, pues miles de trabajadores de la salud en países con alta carga de enfermedad se enfrentan a despidos, mientras que las funciones de asistencia técnica han sido suspendidas, lo que paraliza los programas nacionales de tuberculosis.
Además, las cadenas de suministro de medicamentos se están rompiendo debido a las suspensiones de personal, la falta de fondos y los fallos de datos, lo que pone en peligro el acceso a los servicios de tratamiento y prevención de la tuberculosis.
Los servicios de laboratorio se ven gravemente interrumpidos, con el transporte de muestras, los retrasos en la adquisición y la escasez de consumibles esenciales que detienen los esfuerzos de diagnóstico.
La OMS subrayó que los sistemas de datos y vigilancia “están colapsando”, lo que socava la notificación rutinaria y el seguimiento de la resistencia a los medicamentos. Los esfuerzos de participación de la comunidad, incluida la búsqueda activa de casos, la detección y el rastreo de contactos, “se están deteriorando”, lo que reduce la detección temprana de la tuberculosis y aumenta los riesgos de transmisión.
“Si no se interviene de inmediato, estos fallos sistémicos paralizarán los esfuerzos de prevención y tratamiento de la tuberculosis, revertirán décadas de progreso y pondrán en peligro millones de vidas”, concluyó la OMS.
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