MADRID, 12 (EUROPA PRESS)
El director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus, ha confirmado este martes que uno de sus miembros se encuentra entre los trece trabajadores de la ONU detenidos por los rebeldes hutíes de Yemen.
“Estoy profundamente preocupado sobre la detención de un miembro del equipo de la OMS en Yemen junto a otros trabajadores de la ONU y otros empleados humanitarios. Estamos trabajando de cerca con nuestros compañeros de Naciones Unidas para salvaguardar su seguridad”, ha expresado en su cuenta de la red social X.
Tras ello, Tedros ha pedido su liberación “inmediata” y “sin condiciones”, y ha aseverado que los trabajadores humanitarios “nunca deben ser un objetivo”.
Entre los detenidos figuran también seis trabajadores de la oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, dos de la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) y uno de la oficina de Grundberg, el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), el Programa Mundial de Alimentos (PMA).
Junto a ellos fueron detenidos otros once miembros de la sociedad civil yemení. Además, cuatro trabajadores de la ONU ya estaban bajo custodia tras ser arrestados entre 2021 y 2023, y eran miembros de la UNESCO y la oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos.
Los rebeldes hutíes de Yemen aseguraron el lunes que habían desmantelado una importante red de espionaje liderada por Estados Unidos e Israel que operaba desde 2015 para recopilar información militar y de seguridad con el objetivo de debilitar a sus fuerzas.
Esta red de espionaje israelí-estadounidense se habría infiltrado en varios sectores del país, incluyendo la política o la economía, y habría proporcionado información sensible tanto a la Agencia Central de Inteligencia estadounidense, la CIA, como al servicio de Inteligencia exterior de Israel, el Mossad.
Los hutíes, que afirmaron haber arrestado a miembros de la red, apuntaron además a que la estructura habría funcionado al amparo de organizaciones internacionales y agencias de la ONU camuflada con labores de trabajo humanitario para “encubrir su espionaje y actividades de sabotaje”.
Estas detenciones han tenido lugar en medio del ahondamiento de la crisis humanitaria en Yemen, donde cerca de una década de conflicto entre los rebeles y las autoridades reconocidas internacionalmente han dejado a 17,6 millones de personas –la mitad de la población– en situación de inseguridad alimentaria.
Asimismo, 4,5 millones de personas siguen desplazadas dentro del país, según datos de la Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA), incluidas muchas que se han visto desplazadas en varias ocasiones a causa del conflicto.
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