MADRID, 4 (EUROPA PRESS)
La organización no gubernamental Human Rights Watch (HRW) ha vinculado este jueves al Ejército de Burkina Faso con una masacre de más de 150 personas cometida el 20 de abril en varias localidades situadas en la región Norte y ha reclamado una investigación “independiente e imparcial” sobre lo sucedido.
HRW ha indicado que los responsables, presuntamente miembros del Ejército burkinés, mataron a 83 hombres, 28 mujeres y 45 niños, además de incendiar viviendas y saquear propiedades en la localidad de Karma y sus alrededores en aparente respuesta a aun atentado perpetrado días antes en la zona.
Karma se encuentra en un área en la que operan grupos vinculados a Al Qaeda y Estado Islámico y apenas cinco días antes seis soldados y al menos 34 ‘voluntarios’ murieron en un ataque lanzado por supuestos yihadistas contra una localidad situada en los alrededores.
Un fiscal burkinés achacó el ataque a “hombres vestidos con uniformes militares” y anunció la apertura de una investigación, mientras que el ministro de Comunicaciones, Jean Emmanuel Ouédraogo, condenó el suceso y dijo que las autoridades “harán todo lo que esté en su mano para esclarecer toda la verdad de este suceso dramático”.
“Las autoridades de Burkina Faso han condenado la masacre en Karma y han dicho que habrá una investigación, pero para que las víctimas y los familiares de estos atroces asesinatos puedan lograr justicia, la comunidad internacional deberá garantizar que la pesquisa prometida es creíble e independiente y que todos los responsables son llevados ante la Justicia, ha dicho la subdirectora de HRW para África, Carine Kaneza Nantulya.
La ONG ha entrevistado a catorce personas, entre ellos seis testigos, y ha analizado más de un centenar de fotografías tomadas en Karma tras la masacre y ha resaltado que los supervivientes han relatado que tuvo lugar durante una operación militar que se extendió durante seis horas.
Así, han manifestado que cientos de soldados burkineses llegaron a la localidad el 20 de abril en camiones y vehículos blindados, tras lo que fueron puerta por puerta para concentrar a los aldeanos en varios grupos, contra los que abrieron fuego, en aparente represalia por un atentado anterior.
“Los soldados nos dijeron que nos sentáramos”, ha señalado un residente de 40 años. “En mi grupo éramos más de 30. De pronto, empezaron a disparar”, ha indicado, antes de detallar que se hizo el muerto para intentar sobrevivir.
“Estaba tirado boca abajo tras el primer disparo, húmedo por la sangre de otros cuerpos. Me quedé quieto, asustado, hasta que los soldados se fueron. Dos de ellos volvieron para rematar a los que se movían y aún estaban vivos”, ha resaltado.
Asimismo, tres residentes de la localidad han asegurado que vieron a miembros de un Batallón de Intervención Rápida (BIR) –una fuerza especial implicada en operaciones antiyihadistas– en un convoy que se dirigió ese día a Karma. “Vi BIR 3 en sus uniformes”, ha puntualizado uno de ellos.
Kaneza Nantulya ha subrayado que “la masacre de Karma será aún más devastadora si las autoridades burkinesas no cumplen su promesa de garantizar que la investigación es exhaustiva, independiente y deriva en procesamientos imparciales”. “Dada la gravedad de estos crímenes, el Gobierno debería buscar cooperación y asistencia de la Unión Africana (UA) y Naciones Unidas para llevar a cabo la investigación”, ha sostenido.
Las autoridades burkinesas decretaron recientemente una movilización general para hacer frente al aumento de ataques yihadistas, obra tanto de la filial de Al Qaeda como la de Estado Islámico. El repunte de la inseguridad ha provocado una oleada de desplazados internos y refugiados hacia otros países de la región.
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