MADRID, 19 (SERVIMEDIA)
Las personas solicitantes de asilo gays, lesbianas, bisexuales, transgénero e intersexuales (Lgtbi) que viven en uno de los campos de refugiados más grandes de Kenia sufren habitualmente crímenes de odio, violencia física y sexual, tortura y todo tipo de malos tratos debido a su orientación sexual o identidad de género.
Así lo aseguran la Comisión Nacional de Derechos Humanos de Gays y Lesbianas (Nglhrc) y Amnistía Internacional, en un informe conjunto publicado este viernes.
El campo de Kakuma, en el noroeste de Kenia, alberga a más de 200.000 personas solicitantes de asilo y refugiadas, entre ellas cientos de personas Lgtbi.
Según sus conclusiones, este colectivo sufre una discriminación y violencia extremas, debido a su condición de solicitantes de asilo o refugiadas como a su orientación sexual, identidad o expresión de género y característica sexuales. Recoge testimonios de violaciones a lesbianas, ataques a sus hijos, destrucción de casas y medios de vida…, y denuncia la inacción de la policía, que no actúa contra estos crímenes.
Según Victor Nyamori, investigador y asesor de Amnistía Internacional sobre derechos de las personas refugiadas y migrantes, “estos crímenes de odio son una manifestación criminal de la discriminación que sufren las personas Lgtbi refugiadas y solicitantes de asilo”.
El informe, basado en entrevistas con 41 solicitantes de asilo y refugiados Lgtbi entre 2018 y febrero de 2023, detalla de qué manera los autores de violencia e intimidación contra las personas Lgtbi cometen sus crímenes con “una impunidad casi total, posibilitada por la inacción de las autoridades”.
El director ejecutivo de Amnistía Internacional Kenia, Irungu Houghton, explicó que, “a pesar de que la Constitución protege la vida y la dignidad de todas las personas, los y las solicitantes de asilo Lgtbi sufren discriminación y actitudes homófobas y tránsfobas de funcionarios del gobierno, la policía y otros proveedores de servicios”.
“Esto se refleja a menudo en demoras en el procesamiento de sus solicitudes de asilo, acoso, ataques homófobos violentos, amenazas e intimidación y muy pocas oportunidades de integración local o reasentamiento en terceros países”, agregó. En su opinión, “el nuevo Plan Marshal propuesto por el Gobierno de Kenia para las personas refugiadas debe abordar también las experiencias a las que se enfrentan las personas Lgtbi solicitantes de asilo”.
Las relaciones entre personas del mismo sexo son ilegales en 32 de los 54 países de África y pueden ser castigadas incluso con la muerte o con largas penas de prisión. En Kenia, ese tipo de relaciones sigue siendo punible con hasta 14 años de prisión, en virtud de leyes de la era colonial.
“Los crímenes de odio tienen repercusiones perjudiciales y duraderas en supervivientes y comunidades, y exigen una respuesta coherente y exhaustiva de las personas responsables de formular políticas, las autoridades encargadas de hacer cumplir la ley y el sistema de justicia penal”, manifestó Njeri Gateru, directora ejecutiva de la Comisión Nacional de Derechos Humanos de Gays y Lesbianas (Nglhrc).
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