MADRID, 25 (EUROPA PRESS)
La oposición israelí ha declarado una semana de paro contra el Gobierno del primer ministro Benjamin Netanyahu ante la inminente aprobación de la polémica reforma judicial que, según denuncian, supone un grave atentado contra la división de poderes.
“Es la semana más decisiva de la historia de Israel”, han advertido los líderes de las protestas en un comunicado. “Este gobierno destructivo está partiendo en dos a la nación y desmantelando al Ejército y la economía”, han argumentado, informa el diario ‘The Times of Israel’.
Quieren “convertir Israel en una dictadura”, ante lo que “millones van a tomar las calles para defender al Estado de Israel y la Declaración de Independencia”. “Cada ciudadano que quiere vivir en democracia debe salir a la calle y oponerse a la dictadura”, han remachado.
El paro comenzará en la medianoche del sábado al domingo, coincidiendo con una nueva convocatoria de manifestaciones en todo el país en el que será ya el 12º sábado consecutivo de protestas.
Los convocantes aseguran que será la movilización más multitudinaria desde que comenzaron las protestas hasta el punto de que han retrasado la convocatoria hasta la medianoche para facilitar la participación de los israelíes religiosos que respetan el Sabbath.
Se han convocado concentraciones ante las viviendas de ministros y diputados clave durante el domingo y el lunes y se han anunciado “días de parálisis” para el miércoles y el jueves que incluyen una “protesta gigantesca” ante la sede de la Knesset o Parlamento israelí, órgano responsable último de aprobar la polémica reforma.
Mientras, más reservistas del Ejército israelí han anunciado su rechazo a prestar el servicio militar voluntario en protesta por la reforma judicial, por lo que se espera que el paro afecte a un sector tan estratégico para Israel como es el de la seguridad.
El viernes se sumaron a la objeción 200 pilotos de las Fuerzas Aéreas, 100 médicos y decenas de miembros de la Unidad 8200 de los servicios secretos.
El jueves los manifestantes ya celebraron un “día de parálisis” en el que la Policía detuvo a 92 personas y empleó caballos y cañones de agua para disolver a los manifestantes que cortaban calles en Tel Aviv y Haifa.
La reforma judicial que impulsa la coalición de partidos de derecha y ultraderecha israelíes supone el control directo y absoluto de los nombramientos del Tribunal Supremo y vetar cualquier tipo de cuestionamiento legal de las iniciativas legislativas del Parlamento.
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