MADRID, 21 (EUROPA PRESS)
Naciones Unidas ha afirmado que alrededor de 1,2 millones de desplazados, incluidos más de 300.000 refugiados, han regresado a sus hogares en Siria después de la caída en diciembre del régimen de Bashar al Assad a causa de una ofensiva lanzada por yihadistas y rebeldes encabezados por el grupo Hayat Tahrir al Sham (HTS).
El coordinador humanitario de la ONU para Siria, Adam Abdelmoula, ha indicado que 885.000 desplazados internos y 302.000 refugiados han vuelto a sus hogares en el país asiático, con previsiones del Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (ACNUR) sobre que esta cifra llegue a 3,5 millones a lo largo de 2025.
Así, ha manifestado que esta situación subraya la necesidad urgente de lograr inversiones para los trabajos de recuperación y reintegración en el país, sumido en una grave crisis a causa de la guerra desatada en 2011 por la represión de las protestas prodemocráticas en el marco de la ‘Primavera Árabe’, un conflicto que ha causado una gran devastación en Siria.
Abdelmoula ha resaltado que 16,5 millones de personas necesitan ayuda humanitaria en el país, lo que lo convierte en una de las mayores crisis humanitarias en el mundo, al tiempo que ha hecho hincapié de que la caída de Al Assad ha llevado a Siria a un punto de inflexión que se está viendo marcada por un deterioro de la situación durante las últimas semanas.
En este sentido, ha explicado que los principales obstáculos son la escasez de servicios básicos y los riesgos de seguridad, especialmente a causa de las hostilidades en el norte, escenario de una ofensiva rebelde contra las fuerzas kurdas, y la violencia en la costa, donde las fuerzas de seguridad lanzaron una ofensiva contra grupúsculos leales a Al Assad que dejó cientos de civiles ejecutados, muchos de ellos de la minoría alauí.
“Para evitar un mayor sufrimiento, todas las partes deben comprometerse con una desescalada y ceñirse al Derecho Internacional Humanitario”, ha aseverado Abdelmoula, quien ha afirmado que las garantías para un acceso inmediato y sin restricciones son fundamentales para poder entregar ayuda a las personas en situación de necesidad.
Por ello, ha incidido en que los desafíos económicos, incluida la escasez de dinero en efectivo y el aumento de los precios, están afectando a las operaciones humanitarias. “La congelación de la financiación para actividades humanitarias en enero ha afectado gravemente a las operaciones, especialmente en el noreste de Siria”, ha dicho.
“El coste de la inacción (…) es mucho mayor que el de responder a las necesidades inmediatas del pueblo sirio”, ha argumentado, antes de afirmar que el camino hacia una estabilidad a largo plazo pasa por una revitalización del sector económico y la puesta en marcha de una recuperación inclusiva.
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