MADRID, 1 (EUROPA PRESS)
Naciones Unidas ha mostrado este miércoles su “grave preocupación” por el incremento del despliegue de fuerzas en el estado sursudanés de Alto Nilo (noreste) y ha pedido que las fuerzas leales al general Johnson Olony “eviten acciones que puedan suponer una amenaza a los civiles y afectar las operaciones humanitarias”.
La Misión de Asistencia de Naciones Unidas en Sudán del Sur (UNMISS) ha indicado en un comunicado publicado en su página web que sus ‘cascos azules’ han “aumentado su presencia” en la zona y ha agregado que “está verificando informe sobre movimientos y movilización (de fuerzas)”.
“La misión sigue interactuando con el Gobierno, funcionarios y otros líderes para evitar un mayor aumento de las tensiones tras los feroces combates que empezaron en noviembre”, ha dicho, al tiempo que ha reclamado “contención y compromiso con la paz y el diálogo”, al hilo de la visita al país africano por parte del Papa Francisco.
El comunicado ha sido publicado un día después de que la ‘troika’ para Sudán del Sur –integrada por Estados Unidos, Reino Unido y Noruega– mostrara su “gran preocupación” por “las indicaciones sobre los preparativos para nuevos combates en el estado de Alto Nilo”. “Siempre estaremos con los que piden paz y trabajan para ella”, agregaron.
“Los líderes de transición de Sudán del Sur y los actores políticos en Yuba tienen una responsabilidad de actuar para evitar esto y lograr soluciones pacíficas y sostenibles. Asimismo, tienen la responsabilidad de garantizar un acceso seguro y continuado para la entrega de ayuda humanitaria”, recalcaron.
“Pedimos también a los líderes de Sudán del Sur que hagan rendir cuentas a los responsables de la violencia subnacional previa, incluidos los recientes enfrentamientos en Alto Nilo, Jonglei, y el Área Administrativa de Gran Pibor. Esto incluye a los responsables de violaciones de los Derechos Humanos, secuestros y tráfico de personas”, remacharon.
Sudán del Sur cuenta con un Gobierno de unidad que echó a andar tras la materialización del acuerdo de paz de 2018. Pese al descenso de la violencia por el conflicto político, el país ha registrado un aumento de los enfrentamientos intercomunitarios, motivados principalmente por el robo de ganado y las disputas entre pastores y agricultores en las zonas más fértiles del país, especialmente a causa del aumento de la desertificación y el desplazamiento de poblaciones.
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