MADRID, 13 (EUROPA PRESS)
Los sirios que vuelven a su país tras haber huido del conflicto se enfrentan a “graves” violaciones de los Derechos Humanos, entre ellas detenciones arbitrarias, torturas, violencia sexual, desapariciones forzadas y secuestros, según un informe de la oficina de la ONU para los Derechos Humanos que culpa tanto al régimen de Bashar al Assad como a otras autoridades y grupos armados.
Naciones Unidas señala en dicha evaluación que los retornados son “especialmente vulnerables” a unos abusos que afectan en términos generales a gran parte de la población de un país inmerso en un conflicto desde hace más de una década.
Uno de estos retornados cuenta que fue detenido de forma violenta y trasladado a un lugar desconocido por las fuerzas locales, que le mantuvieron con los ojos tapados durante dos días y le golpearon en reiteradas ocasiones. Otra explica que pasó una semana junto a dos hijas bajo custodia del Gobierno cuando intentaba de salir hacia Líbano y que su familia tuvo que pagar 300 dólares para acelerar su liberación.
El informe incide en la especial discriminación ejercida contra las mujeres, en algunos casos incluso a manos de parientes. Así, pueden verse forzadas a volver solas a territorio sirio para evaluar las condiciones de una hipotética vuelta de toda la familia.
El Alto Comisionado de Naciones Unidas Volker Turk ve en este informe un resumen “alarmante” del “sufrimiento” que sufren estos retornados, especialmente las mujeres, en un momento en el que otros países están aumentando las deportaciones de ciudadanos sirios.
El Gobierno de Turquía anunció en 2022 que fomentaría la vuelta de refugiados sirios, mientras que en Líbano se extendieron el año pasado las redadas contra campamentos y zonas residenciales, lo que dio pie a casos tanto de arresto como de deportación.
Turk ha llamado a no forzar los retornos, tal como establece el Derecho Internacional, de tal manera que sean “voluntarios” y vinculados a unas condiciones de vida “seguras, dignas y sostenibles”. Asimismo, ha pedido que quienes sí desean volver para “reiniciar sus vidas” en Siria no sean “estigmatizados, discriminados o sometidos a cualquier tipo de violencia o abuso”.
Turk cree que hay indicios “razonables” para permitir que, a día de hoy, las condiciones para la vuelta de refugiados no se dan en el caso de Siria, hasta el punto de que “la mayoría de los entrevistados (para el informe) contaron que han decidido huir de nuevo”, aun sabiendo las “precarias condiciones económicas y el acoso” al que pueden ser sometidos.
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