MADRID, 1 (EUROPA PRESS)
El Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Volker Turk, ha mostrado este jueves su “consternación” por las “creíbles” denuncias sobre la ejecución de al menos 25 personas por parte del Ejército de Malí y “personal militar extranjero” en la ciudad de Welingara, situada en el centro del país africano.
“También estoy alarmado por las informaciones sobre la muerte de 30 civiles en ataques perpetrados por personas armadas no identificadas en otras dos localidades, Ogota y Oimbe, en la región de Bandiagara, durante el fin de semana”, ha señalado.
Así, ha manifestado que “es esencial que todas las denuncias sobre la privación arbitraria de vidas, incluidas las ejecuciones sumarias, sean investigadas de forma total e imparcial y que los responsables sean llevados ante la Justicia para juicios que respeten los estándares internacionales”.
“Las autoridades malienses deben también garantizar que sus tropas, así como sus agentes o aliados, respetan el Derecho Internacional Humanitario, incluido dar todos los pasos posibles para garantizar la protección de los civiles”, ha dicho, antes de abundar en que “la violencia contra los civiles, así como de las personas que no están participando en combates, está totalmente prohibida”.
En este sentido, Turk ha incidido en que su oficina “ha corroborado” otras dos masacres por parte del Ejército y “personal militar extranjero” en las que fueron asesinados 31 civiles. Los sucesos tuvieron lugar en septiembre de 2023 en la ciudad de Ndoupa, en la región de Ségou, y en octubre de ese mismo año en Ersane, en la región de Gao.
“El 24 de septiembre de 2023, catorce pastores fueron supuestamente ejecutados en Ndopua”, ha recalcado, antes de detallar que otros 17 civiles fueron ejecutados en Ersane. “No tenemos constancia de que las autoridades hayan abierto investigaciones en torno a estos supuestos asesinatos”, ha remachado.
Fuentes locales citadas por la emisora francesa Radio France Internationale indicaron el martes que militares malienses y miembros del Grupo Wagner ejecutaron a 25 personas supuestamente pertenecientes a la comunidad fulani en la ciudad de Velingara, ubicada en el centro del país.
La comunidad fulani, también conocida como peul, ha denunciado diversas matanzas por parte del Ejército debido a las acusaciones contra sus miembros, a los que vincula con los grupos yihadistas, que han aprovechado el tradicional descontento y marginación de este grupo para engrosar sus filas.
Malí, al igual que otros países del Sahel, ha venido registrando en los últimos años un número creciente de ataques yihadistas obra tanto de la filial de Al Qaeda en la región como de la de Estado Islámico, lo cual ha hecho además aumentar la violencia intercomunitaria y provocado el desplazamiento de decenas de miles de personas.
El país se encuentra en la actualidad dirigido por una junta militar tras los golpes de Estado perpetrados en agosto de 2020 y mayo de 2021, ambos encabezados por Assimi Goita, actual presidente de transición, que se ha distanciado de Francia y ha expulsado a los ‘cascos azules’ de Naciones Unidas, que finalizaron su repliegue a finales de diciembre.
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