MADRID, 20 (EUROPA PRESS)
Naciones Unidas ha anunciado la entrega de 7,8 millones de dólares (una cifra similar en euros) para apoyar los esfuerzos de ayuda tras la devastación causada por el huracán ‘Ian’ en Cuba, donde más de medio millón de personas necesitan ayuda humanitaria y donde 3,2 millones de personas se han visto afectadas.
El secretario general adjunto de la ONU para Asuntos Humanitarios, Martin Griffiths, ha ordenado la liberación de fondos del Fondo Central para la Acción en Casos de Emergencia (CERF) para “permitir los esfuerzos de socorro y poner en marcha la recuperación” de la isla tras el paso del huracán.
“El pueblo de Cuba ha demostrado una enorme resiliencia y ha actuado rápidamente con alertas tempranas cuando se enfrenta a tormentas”, ha expresado Griffiths, asegurando que, sin embargo, la crisis climática “hace que las tormentas sean más intensas y frecuentes”.
“La gente esperaba 50 centímetros de lluvia, pero experimentaron tres veces esa cantidad, perdiendo sus casas, fotos familiares, útiles escolares para los niños y medicamentos para los padres ancianos. Todos debemos ayudar a la gente a responder y recuperarse”, ha sostenido el secretario general adjunto.
En este sentido, ha detallado que los alimentos, los suministros de salud, los ‘kits’ de higiene, los suministros para refugios y otros artículos que llegaron previamente al huracán “ya están distribuyéndose a las personas necesitadas”.
No obstante, Griffiths ha alertado de que la población cubana necesita “mucho más apoyo”, puesto que ‘Ian’ dañó cerca de 170 clínicas de salud y más de 1.000 escuelas, afectando a la educación de 139.000 niños.
“Se perdieron varios centros comunitarios de distribución de alimentos y almacenes de procesamiento, y muchas personas perdieron barcos de pesca, ganado y otros medios de sustento”, ha notificado.
Además, ha avisado de que la falta de electricidad en gran parte del área afectada y la limitada disponibilidad de combustible están dificultando la respuesta de Naciones Unidas.
El huracán ‘Ian’ se cobró la vida de al menos dos personas en la provincia occidental cubana de Pinar del Río y provocó el desplazamiento de más de 50.000 personas en el oeste y centro de la isla.
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